Comedia alocada y aleccionadora
Un importante empresario viudo padre de tres jóvenes hijos con quienes vive en una lujosa mansión en una zona residencial de Bogotá ha consentido demasiado a sus vástagos para compensar la ausencia de su madre, pero también ha sido un padre ausente por sus obligaciones profesionales. El director Felipe Martínez Amador logró un film entretenido que va mostrando, entre sonrisas, aventuras y desventuras, las peripecias de esos personajes que aprenderán una gran lección. Hay en la trama, además, un soplo de calidez y de cierto aire poético que convierten la historia en una especie de fábula en la que todos sus protagonistas poseen en su interior la íntima necesidad de cambiar el rumbo de sus ajetreadas vidas. El realizador supo, además, conducir con mano segura a un elenco que no lo decepciona en su propósito, mientras que los rubros técnicos aportaron calidad a este entramado que habla, con gracia, de las vicisitudes familiares en medio de sus problemáticas cotidianas.