El estilo «moderno» del realizador italiano de «Bella y perdida» funciona sorprendentemente bien a la hora de adaptar este clásico de la literatura escrito por Jack London. Estreno en cines.
Una de las mejores películas que empezaron su recorrido internacional en 2019 tiene –por motivos que todos conocemos– su demorado «estreno» local meses después de que el realizador italiano presentó un nuevo film en el Festival de Berlín, un documental sobre el músico Lucio Dalla, PER LUCIO. Quizás uno no habría pensado en el realizador de BELLA Y PERDIDA o LA BOCCA DEL LUPO para abordar un relato épico de estas dimensiones, pero la combinación resulta ser fascinante.
Es que esta adaptación de la novela de Jack London es un verdadero «capolavoro», una película que hace honor al texto y a la vez modifica por completo muchísimos de sus detalles. Marcello logra aportarle a su característico estilo más cercano al cine de observación y experimental un volumen narrativo y una gravedad dramática importantes, que homenajean la obra del gran escritor estadounidense y a la vez parecen darles una nueva vida, una respiración actual. Y además la traslada a Italia, agregándole una serie de capas y particularidades que la diferencian del texto original que transcurría en los Estados Unidos.
La historia de un marinero de bajos recursos que entra en la vida de una mujer y de una familia adinerada a partir de la cual descubre la literatura y luego prueba ser un notable pero controvertido escritor le sirve a Marcello para hacer una pintura histórica y política de Italia con fecha imprecisa pero con un lugar muy claro como Nápoles como su universo. Con un gran Luca Marinelli en el rol principal –premiado en el festival de Venecia por esta actuación–, MARTIN EDEN es un film moderno que a la vez respira y que, seguramente, quedará guardado en la memoria como un clásico.