EL CINE NO ES UNA FRASE BONITA
Muchas veces pareciera que para hablar de temas relevantes el tono tiene que ser serio. Sin embargo, no necesariamente hace falta que el tratamiento narrativo invite a quedarse dormido para que pueda movilizar al público. Martin Eden forma parte de esos films de los que se podría hablar bastante de lo que pasa, pero que no llegan a movilizar como propuesta audiovisual.
¿Qué le pasa a este señor que grita? Uno de los grandes desafíos para ver Martin Eden es lograr soportar al personaje principal. Este hombre está subido un par de tonos de la media. Pero no es solo eso su problema, sino que desde el film nunca se logra mostrarlo con cariño. Martin tiene un carácter molesto, con ínfulas que lo hacen ser bastante despreciable. Estas características que lo representan se vuelven más marcadas cuando va creciendo.
La película desarrolla la vida de este joven que empieza siendo marinero y que tras su empeño en el estudio logra consagrarse como escritor. Martin reúne la bronca de una clase despreciada y con pocas posibilidades de cambio social. Su carácter toma sentido al entender su historia. Sin embargo, no hay una construcción del personaje que nos acerque a empatizar con él. Muy por el contrario, aun sabiendo su trayectoria, genera rechazo por su trato hacia los demás y la distancia con la que se nos presenta.
Otro de los grandes problemas que tiene este film son las ínfulas de los diálogos. Sin duda, hay un montón de frases hermosas que podrían luego compartirse como fotos de escena. Pero dentro del film, este recurso genera un ritmo lento y tedioso. La pretensión de seriedad, de revelación, aparece forzada. Se prioriza la palabra por sobre el tratamiento cinematográfico. De esta manera, en muchas instancias, los personajes quedan a merced del diálogo, con una cámara estática.
Quizás lo más interesante es mostrar la evolución del personaje. En este sentido vemos cómo cambia físicamente. Pero también es posible dar cuenta de un cambio en sus actitudes, ideas y confianza hacia las personas. El cambio anímico que va sufriendo Martin sirve para dar cuenta de un tipo de sociedad. Son varios los aspectos que trabaja. Por un lado, aparece la idea de educación como emancipación. El film muestra cómo a través de las lecturas el personaje empieza a rebelarse contra un sistema que en una primera instancia respetaba y hasta creía justo. Se trabaja también el rechazo a las nuevas formas artísticas y cómo luego de instaladas son absorbidas por las mayorías.
Hay en Martin Eden varias ideas que circulan y son interesantes de pensar. Pero el modo con el que decide trabajar no explora las posibilidades cinematográficas sino que se apoya en las literarias. De esta manera, no solo pierde fuerza sino que también se vuelve bastante extensa de visualizar.