La tercera película de Andrew Dominik es una cinta de acción y humor ultra demoledora. Espectacularmente rodada ?con secuencias que funcionan como un reloj y puestas de cámaras tan arriesgadas como hipnóticas ?, tiene además un montaje y fotografía que es un placer ver. Brad Pitt, a la altura de semejante desafío actoral, nos regala una gran performance, cargando a su personaje de un cinismo y una frialdad a la que no nos tiene acostumbrados.