Justicia, sin Justicia ni justiciero
La película nos cuenta la historia de Julián Alvarenga (Diego Mesaglio), un joven de 25 años que tiene todo pero que la rutina diaria lo lleva a reflexionar y darle un rumbo sorpresivo a su vida.
Decide suicidarle, pero para darle sentido a su muerte, quiere matar a Jorge Rafael Videla (Dictador genocida argentino) y así justificar su decisión de morir. Previamente unirá lazos con su madre (María Fiorentino), amigos (Felipe Colombo) y terminará a relación con su novia, Lucía (Emilia Attías).
Este film cuenta con la participación especial de Juan Leyrado, en el papel de sacerdote y confesor de Julián, la aparición de Estela de Carlotto y la dirección de Nicolás Capelli. Este joven realizador de cine y TV con 27 años tiene una vasta experiencia en materia histórica, ya que filmó en el 2004 un documental llamado Historias de la Historia y en el 2005, Reconstruyendo la Fe, un documental sobre los testimonios de un oriundo de Luján y sus recuerdos.
Sobre Matar a Videla, quizás no hay demasiado que contar, es un film con un argumento poco profundo y con situaciones sin sobresaltos ni dramatismos.
Quizás lo único que nos mantiene a la expectativa y despiertos frente a la pantalla es el recurrente despertador del protagonista que suena todas las mañanas a las 7 am, como para marcar la división entre día y día. En definitiva, se podría haber llamado Matar a Cualquiera.
Sin lugar a dudas, se esperaba una mirada más comprometida del director y no la sensación de frio que transmite la película, que es lo único que transmite...