La justiciera
“Matar o Morir” (Peppermint, 2018) es una película de drama y acción dirigida por Pierre Morel. Con un guión a cargo de Chad St. John, el reparto incluye a Jennifer Garner, John Gallagher Jr. (Avenida Cloverfield 10), John Ortiz (El Lado Luminoso de la Vida), Juan Pablo Raba, Cailey Fleming, Jeff Hephner, Annie Ilonzeh, Pell James, Jeff Harlan, entre otros.
Riley North (Jennifer Garner) y su marido Chris (Jeff Hephner) están dispuestos a que el cumpleaños de su pequeña Carly (Cailey Fleming) no sea el fracaso que quiere la malvada Peg (Pell James), madre de una compañera de escuela de la niña que decidió dar otra fiesta en su casa para que los invitados a la celebración de Carly no aparezcan por allí. Por eso, a la noche los tres concurren a la feria navideña llena de juegos y locales de helado. Chris trabaja como mecánico y ese mismo día un amigo trata de convencerlo para que se una al plan de robarle a un líder narcotraficante llamado Diego García (Juan Pablo Raba). Aunque Chris declina la idea, igualmente la información de la propuesta llega a oídos de García, el cual ordena que lo maten de inmediato. Esa noche en la feria no solo Chris es asesinado, sino también su hija cumpleañera. Cinco años después de puro entrenamiento, a Riley North le llega la hora de vengarse con todas las personas involucradas que le arrebataron a su familia.
Del director de Búsqueda Implacable (Taken, 2008) llega a las pantallas una historia que ya vimos muchísimas veces pero con la diferencia de que ahora la protagonista es una mujer. El resultado podría haber sido bueno si la trama hubiese respetado la mínima verosimilitud que hay que tener en este tipo de producciones. No obstante la cinta tiene demasiados elementos con los que de ninguna manera el espectador puede llegar a tomársela en serio, haciendo que la experiencia se vuelva tediosa, ridícula y graciosa en los momentos que se supone deben ser tensos.
Jennifer Garner hace lo que puede con un personaje completamente mal construido, que pasa de ser una madre amorosa a una mujer habilidosa en el manejo de armas que funciona como “ángel guardián” de las zonas marginadas. Aunque ese cambio haya ocurrido luego de cinco años, al no mostrarnos el proceso resulta muy complicado creernos que Riley North fue capaz de robar muchísimo dinero del Banco donde trabajaba, ir a Hong Kong para practicar boxeo y luego prepararse más en el continente europeo, todo esto sin dejar rastro para la policía, que recién ahora está interesada en ella. Sumándole que Riley sufrió un grave disparo en la cabeza cuando su esposo e hija perdieron la vida, su destreza actual no deja de ser dudosa.
Al ya darnos cuenta fácilmente cómo será parte del desenlace, las escenas de acción o explosiones nunca nos hacen sentir temor por lo que pueda pasarle a la protagonista: ya sabemos que, aunque esté en el peor escenario posible, ella puede contra todos. Por otro lado resulta increíble la capacidad que tiene el guionista para tomar por idiota al espectador, en especial cuando Riley desde un celular ajeno puede conectarse con los medios para ser transmitida al instante por la televisión.
“Matar o Morir” definitivamente no es una película diseñada para cine; solo podrá resultar en un futuro cuando, haciendo zapping, no haya nada mejor que ver.