Pierre Morel, el director de “Taken / Búsqueda Implacable” con Liam Neeson y “The Gunman” con Sean Pean e Idris Elba, intenta repetir un esquema que le ha rendido sus frutos y que domina a la perfección y puede seguir sin ningún esfuerzo.
En este caso, cambia la figura central del hombre común implicado en circunstancias especiales por la de una mujer, madre de familia que busca cobrar venganza por un crimen que destruyó su familia y que no logró encontrar eco en la justicia.
Y para ello cuenta con el protagónico absoluto de Jennifer Garner, una actriz que construyó su carrera a dos aguas entre películas dramáticas y lacrimógenas como “La extraña vida de Timothy Green” “Directo al corazón” o “Yo soy Simón”, algunas comedias blancas como “Si tuviera 30” “Los fantasmas de mi ex” y “Día de los enamorados” y su perfil de heroína de acción.
“MATAR O MORIR – PEPPERMINT” remite a sus trabajos en “Elektra” “Daredevil” o fundamentalmente en su papel protagónico en la serie “Alias” en donde Garner se pone ahora en la piel de Riley North, madre de familia y empleada en un banco, que deberá hacer justicia por mano propia.
Por una mala información, un vengativo narcotraficante vinculado con el que su marido ha estado vinculado, intenta eliminar a toda la familia, pero cometiendo un error, deja a Riley con vida. Obviamente debido a las importantes vinculaciones e influencias que este mafioso tiene, la Justicia fallará a su favor y dejará a Riley completamente desposeída y con sed de venganza para ajusticiar el asesinato de su hija.
El problema fundamental con el que se topa “PEPPERMINT” a los pocos minutos de planteada la historia es el de lidiar con un caso contado miles de veces y que por lo tanto, no tiene nada nuevo que aportar.
En esta ocasión, Morel tampoco cuenta con la ayuda en el guion de Luc Besson como la tuvo en otras ocasiones y por lo tanto no logra escaparse de una estructura sumamente previsible que no brinda ningún elemento sorpresivo ni novedoso sino, que por el contrario, no se aparta de la fórmula más tradicional del género y transita absolutamente todos y cada uno de los estereotipos que se presuponen para este tipo de producto.
Es así como Riley de la noche a la mañana, pasa –sin ningún tipo de arco dramático- de madre adorable a asesina a sangre fría, súper entrenada y que no le tema a nada. Se enfrenta sin que le tiemble el pulso a los narcotraficantes más pesados, no dudará en lidiar con ninguno de sus enemigos para eliminarlos de las formas más crueles.
Todo comenzará cuando se cumplan cinco años del asesinato de su hija y Riley comience a eliminar a sus adversarios como si se tratara de una competencia dentro de un video juego, uno por uno, ella contra todos y sola contra el mundo.
Ninguno de los elementos que plantea Morel en su nuevo filme logra el atractivo que los fanáticos suelen esperar en una película de género: la repetición y los lugares comunes se hacen presentes en las escenas de acción que tampoco aportan nada demasiado novedoso pero Garner, de todos modos, le pone garra y actitud intentando salvar la película del naufragio.
Seguramente nadie que compre su entrada para ver “MATAR O MORIR – PEPPERMINT” está esperando que la historia gane un Oscar al mejor guion original, pero si, quizás, que se les caiga alguna nueva idea y que no se queden atrincherados en la zona de confort, repitiendo la receta de miles de productos ya vistos.