Una comedia tierna e inteligente sobre la crisis de los 40, pero más profundamente trata sobre el miedo a envejecer, pero también a madurar, a convertirse en un adulto. Por eso, un cineasta frustrado (Ben Stiller) y su mujer (Naomi Watts), se prenden como garrapatas a una pareja joven con el sueño de convertirse en seres como ellos, que ya perdieron ese tren. Disfrutable.