Barrio Chino sin Polanski pero con conejos villanos
Una aclaración: los conejos de malos hábitos alimenticios que hay en esta película ya daban vueltas por el mundo mucho antes que los conejos de la superproducción "El Llanero Solitario", o Sanitario, como decía Susanita. Si alguien los copió, no lo sabremos. Y si ambas películas están copiando de la realidad, mejor que no lo sepamos. Como tampoco es agradable ver en la vida cotidiana lo que acá pasa en la pantalla con algunos personajes del Bajo Belgrano y aledaños.
Por ahí, en pleno Barrio Chino, anda una joven de rostro chino, facciones chinas, ascendencia china, pero que no habla chino. Empleada municipal, se mete a hacer ciertas verificaciones donde no le conviene. Ahí es donde aparecen la mafia china, la mala yunta que medra en oficinas públicas, y los conejos que atienden nuevas ofertas gastronómicas. Todo lo cual encierra un intríngulis algo confuso donde también cae el novio médico (cara de no-chino) de la joven de ascendencia china. Para mayor enredo,el film entremezcla romance, drama policial, ciencia ficción berreta, gore a gusto, atisbos de denuncia político-social y dibujitos animados.
El conjunto es entretenido, variado, de técnica cuidada y argumento medio descuidado, con intérpretes de nivel desparejo y, eso sí, con gran entusiasmo por la narración lúdica. Autora, Verónica Chen, más suelta y fantasiosa que en "Vagón fumador" y "Agua" (la del nadador de la competencia Santa Fe-Coronda). Protagonista, Haien Qiu, por la cual darían ganas de aprender mandarín, cantonés, dirección de actrices, en fin, lo que sea necesario. Pudo ser mejor, a veces resulta más rara que buena.