Mujer Medicina: Un vistazo a otra forma de curar.
El documental de Daiana Rosenfeld nos traslada a la selva de Perú para que conozcamos una forma alternativa de curar.
Con el paso de los años y el avance en la medicina tradicional (léase, aquella basada en las ciencias y los avances tecnológicos), se han ido dejando de lado las formas de curar de antaño y, a la luz de los descubrimientos sobre biología, química y demás, han sido confirmadas como anticuadas u obsoletas. En los últimos tiempos, por otro lado, fue tomando forma un movimiento que busca una opción más «natural» a lo males que aquejan al ser humano. Esto ocurrió por una serie de razones, las cuales incluyen la incapacidad de la medicina clásica para curar ciertas enfermedades. Es así que tanto la homeopatía como el uso de hierbas medicinales antiguas, cuyas propiedades curativas han sido probadas incluso en el auge de la ciencia, tomaron cada vez más fuerza.
En Mujer Medicina (2019), Fedra Abrahan nos lleva por un camino de aprendizaje (el suyo) a través de hierbas medicinales tradicionales de Perú, mientras se adentra en la selva y la montaña con muchos otros que también buscan aprender y sanar.
En el documental, el objetivo no es contar una historia (aunque la de Fedra nos sea presentada a medida que se va avanzando por el camino de sanación – ritual que repite ininterrumpidamente hace siete años), sino mostrar sin prejuicios una forma distinta de cuidar a las personas y de cuidar de nosotros mismos. Porque -y esto se percibe casi desde el principio – el punto no es ahondar en el planteo de «esta planta sí, esa hierba no», sino que la idea de esta medicina más antigua es llegar más allá de los trastornos físicos y lograr que el cuerpo mejore a través de una «preparación» del alma.
Por otro lado, aquí la directora Daiana Rosenfeld no puso el foco en la parte narrativa, sino en la visual. Con una buena dosis de narración en off, el enfoque está puesto en todo lo que podamos ver, que va desde escenas cotidianas diarias a tomas tan llenas de naturaleza que dan ganas de estar ahí. Igualmente, por momentos lo más importante pasa a ser Fedra y es imposible dudar de lo vital que es este proceso para ella.
Para poder apreciar este film, se puede optar por hacer algo muy simple y muy complicado a la vez: dejar los prejuicios de lado. La realidad que muestra es algo muy distinto a la medicina tradicional a la que estamos acostumbrados y pone a prueba al ser humano tanto física como mentalmente. En otras palabras, lo pone cara a cara consigo mismo (ni más ni menos) para descubrir cuál es la raíz de sus propios males, según lo narran sus protagonistas, y esto no es algo para todos los gustos.
Entonces el punto clave del film, sea cual fuere el punto de vista que se tenga sobre la medicina en general, recae en esta idea «innovadora» que es cuidar la mente y el alma, y no sólo lo físico. Fedra hace hincapié en cómo su sanación la fue preparando para acompañar a su madre en su camino hacia la muerte y luego lo mismo con su padre.
El documental cuenta con la duración justa, pero quizá, para aquellos que no son aficionados a dicho género, les resulte un poco tedioso. Sin embargo, para los que busquen algo diferente de lo que ofrece comúnmente la cartelera -sumado a los que gusten de temáticas referidas a nuevos descubrimientos- encontrarán en Mujer Medicina (2019) un agradable cambio de estilo y un punto de vista que busca narrar un hecho real puntual lo más objetivamente posible, acerca de esta forma de curar que es tan antigua como exitosa, según cuentan sus participantes.