Excelente film independiente y chileno, realizado por el también escritor y crítico Alberto Fuguet, narra -muestra- la historia de un hombre que viaja a Nashville, EE.UU., meca del folk, tras un amor. Obviamente ser un extranjero aunque se ame la música de aquella tierra (y se la cante) o se hable en inglés resulta complejo. Pero este no es un film de denuncia sobre la inmigración ni un drama psicológico, sino el itinerario de un personaje encantador (jugado con gran talento por Pablo Cerda) a quien terminamos queriendo como a un amigo. Imperdible aunque vaya en pocas salas.