Nacido para reir Una comedia absurda con gags que matan. Un gran trabajo humorístico, muy bien trabajado y sin dudas planeado para ser una secuela de varias entregas. Nacido para morir se trata de una parodia de las clásicas películas de agente secreto, un género sobre explotado, pero aún más explotado es el humor absurdo, por lo menos en los últimos tiempos. Todo este background hace que el trabajo de Andrés Borghi sea mucho más elogiable por lograr hacer reír demasiado en ese terreno que tanto consumimos en los últimos años. Sí, se repiten los clichés de siempre de las películas de agentes, el protagonista que se las sabe todas y que se enamora de la compañera, el infiltrado con objetivos mesiánicos, pero ¿a quién le importa? Nacido para morir funciona muy bien en sus actuaciones, en los personajes que construye, en los efectos que logra y en el armado de esa historia en el género que propone construir sus bases. Cada gag, cada construcción humorística está muy bien pensada, y más allá de tomar estereotipos o problemas locales, es una película universal que gana por lo simple y el humor inteligente, al mismo tiempo. El agente Marcelo Riesgo (Leandro Coccaro) junto a su colega Guadalajaraman (Andrés Borghi) de la agencia antiterrorista KKDBB, deben rescatar al desaparecido Doctor Pupete, autor de una salsa picante especial que pone en riesgo todo. En ese trayecto se enfrentarán a un comando de ninjas obsesivo por la limpieza, un sicario que no pudo dejar el chupete (Esteban Prol), entre otras amenazas igual de disparatadas. No solo funciona en los pequeños chistes, que se encuentran muy bien, sino que la historia cierra. Para ir al cine o verla con amigos, con algún condimento extra. Nacido para morir es especialmente ecomendable para fans de Torrente, Machete o Padre de Familia.
Sábados de Súper-Acción Algo sucede cuando se apagan las luces y vemos los primeros momentos de Nacido para morir (2014). Algo que todos aquellos criados al calor del VHS y de las películas de acción de sábado a la tarde en la tele de aire identificamos inmediatamente. Todo es muy familiar y cercano a nuestros afectos más clase B, en el mejor de los sentidos. Nacido para morir cuanta la historia de Marcelo Riesgo (Leandro Cóccaro) el principal agente de K.K.D.B.B., una agencia anti-terrorista que intenta rescatar al Dr. Pupete, científico responsable de una poderosa invención que lo puso en la mira de los criminales más peligrosos. Riesgo trabaja junto a Guadalajaraman (interpretado por el mismo Andrés Borghi) su sidecick en el sentido más concreto del género de acción, y debe soportar los desvaríos de un jefe con muy pocas luces y Molly, la asistente que se perfila como el interés romántico de Riesgo, quien también es un mujeriego certificado. Andrés Borghi lleva el film a sus espaldas en su debut como director de largometraje. Previamente fue responsable de cortos como Otakus y Working Day (premiado por Peter Jackson [El señor de las Anillos] en Nueva Zelanda) y su impronta fue siempre la de presentarnos historias fantásticas con un nivel de producción envidiable para los recursos disponibles. Su primer film no es la excepción. La producción fue hecha a todo pulmón, filmada desde 2011 y finalizada días antes de ser presentada en la 15ta edición del Buenos Aires Rojo Sangre, con el esfuerzo de un grupo de gente leal al proyecto, colaboraciones desde los ámbitos más inesperados e incluso un crowfunding en Ideame. Los buenos resultados saltan a la vista en lo que respecta a emular con fidelidad un género tan identificable como es el género de acción, artes marciales -Shaolin Soccer (2005) fue una de sus inspiraciones- y el sub-género de agentes secretos mezclado con la Buddy Cop Movie (películas de dúo de policías, como Arma Mortal , 48 Horas y la serie Martillo Hammer como máxima referencia). El film no escatima en gastos a la hora de presentar elaboradas escenas de acción resueltas de forma creativa y agregando pizcas de humor físico en el medio, dejando en evidencia también un sólido conocimiento coreografiando escenas de pelea interesantes, y desarrollando un híbrido que encuentra su punto justo entre la acción y la comedia por partes iguales. Mención especial para los FX, la producción cuenta con 440 planos retocados digitalmente. Borghi ya había mostrado aptitud para los efectos de post-producción en sus cortos previos, y en este caso se sigue superando, lo que demuestra que muchas veces no hace falta tener un presupuesto millonario que sostenga la producción, sino buenas ideas y la creatividad suficiente para llevarlas a buen puerto. Un guión aceitado que sabe en momento ser gracioso, en que momento servir a la trama o juguetear al doble sentido con cada palabra que conforman los diálogos también posee meritos propios para ponerse al misma nivel de calidad que el departamento de Efectos Especiales. La clave acción-humorística tal vez no apele a un público masivo, tal vez apunte directamente a fans del género con ánimo de pasar un buen rato en la sala. Es claro que no es un film para la señora que va un sábado a la tarde a ver la última de Haneke al Patio Bulrich. Pero esto no quita que más de uno se lleve una sopresa agradable al ver el gran nivel del film, amén de los gustos particulares. Nacido para morir es una de esas películas que viene a echar por tierra ese preconcepto vetusto según el cual no se puede hacer cine de género de calidad en nuestro país. Por el contrario, las nuevas generaciones de cineastas nos demuestran con hechos concretos que las posibildades son infinitas... ya sea mediante tiros, explosiones, cyborgs nuclares, ninjas obsesionados con la limpieza, científicos locos o agentes que coquetean constantemente con el peligro.
Hace un tiempo participé de una charla donde Andres Borghi mostraba lo que hacía, a poco de haber ganado un renombrado concurso de cortos donde el jurado principal fue Peter Jackson... ¿recuerdan? Luego de una preselección durísima, Borghi quedó con los finalistas y todos ellos rodaron sus ideas en Nueva Zelanda, siendo al final, "Working day", su trabajo, el mejor de todos. En su encuentro con el público aquella vez, presentí que su capacidad de ir más allá en la industria independiente, era su condición de fuste. Lo cierto es que el hombre tiene muchas ideas originales y un gran desparpajo para filmar y finalmente, luego del paso de su ópera prima por varios festivales (en el BARS 2014 fue un hitazo), llega a salas comerciales, su primer largo: "Nacido para morir". Antes que nada, tienen que pensar en una cinta de acción, con humor y atmósfera local. Medios modestos para la realización pero una gran vocación por mostrar lo que se puede cuando hay actitud, Borghi nos trae la historia de un agente especial, Marcelo Riesgo, que enfrentará el secuestro del doctor Pupete (sic), importante experto en salas picantes (?) que ha sido secuestrado por "Cara de Póker", un villano del que mejor, no anticipar mucho. La cuestión es que este Poker Face es un malo bastante básico y más que miedo, inspira cierta retorcida ternura en cada uno de sus actos sombríos. Es importante destacar algo de esta cuestión no es poco, Pupete ha logrado desarrollar una fórmula que podría reemplazar los distintos tipos de combustibles, por lo que hay un ribete estratégico serio, de fondo. O no. No se. Ponele. (Trato de ponerme serio hablando de "Nacido para morir" pero me cuesta) La trama es esquemática pero divertida. Hay artes marciales, disparos, persecusiones y gente que entiende que se puede enfocar el cine de género, de manera descontracturada. Borghi homenajea al cine de agentes especiales clásicos y llena de lugares comunes la historia. Plantea gag por gag y genera cierto campo físico donde la risa aparece seguido, merced a la multiplicidad de situaciones de golpes, amagues y derrapes varios No importa mucho que no creamos que sucede. Esto es cine independiente bien hecho, con cierto estilo y dedicación. Con ingenio para suplir aquello que no se puede hacer de forma espectacular, por temas de costo (las explosiones, sin ir más lejos). "Nacido para morir" en definitiva, es un film de género hecho por un director que sabe de cine en serio. Y resuelve con lo que tiene, para contar una historia, delirante y loca, de principio a fin. Es posible (y siempre debemos tenerlo en cuenta) que si tu paladar no está acostumbrado a este tipo de elecciones, te cueste valorar esta peli en tu justa dimensión. Pero suma. Anotala y acercate al Obelisco que puede verse esta semana en BAMA cine. De nada.
En 2004, un joven Andrés Borghi presentó su segundo largometraje: Bailando con el Peligro, comedia de acción protagonizada por Marcelo Riesgo, agente 0-600, una parodia de James Bond que debía enfrentar a una organización de criminales. La película fue filmada de manera muy independiente, con amigos, y hasta el mismísimo Borghi encarna más de un personaje. Pero eso no impidió que, gracias a su inventiva y su humor (digno de la saga de La Pistola Desnuda, aunque más delirante), se convirtiera en una pequeña joya de culto. El director siguió creciendo profesionalmente, detrás y delante de cámara, al punto de que su corto Working Day ganó en un concurso internacional creado por Peter Jackson. Nacido para Morir marca el regreso a unos de sus primeros amores cinematográficos, aunque desde una perspectiva más ambiciosa y lograda. En esta oportunidad, Riesgo debe rescatar a un experto en salsas (Germán Baudino) de las garras de Víctor Patíbulo (Simón Ratziel), un asesino sanguinario… que no logra dejar el chupete. Pero se trata de la punta de un iceberg que tiene como principal figura a Cara de Póker, la más retorcía mente criminal y viejo conocido de Riesgo. Nuestro héroe deberá seguir su propio instinto para hacer justicia, sin perder la clase que lo caracteriza. Si bien es una segunda parte, la película también puede ser vista como un reinicio que se puede apreciar de manera independiente. Como los casos de Diabólico y Noche Alucinante, de Sam Raimi, y El Mariachi y La Balada del Pistolero, dirigidas por Robert Rodríguez, funciona a la manera de remake/ secuela, donde los mejores elementos del film original (desde la narración hasta los rubros técnicos, pasando por los chistes) aparecen ahora potenciados. Esta vez, Marcelo Riesgo está interpretado por Leandro Cóccaro, habitual en producciones independientes de género (trabajó a las órdenes de Mariano Cattaneo en la webserie Martín Mosca y en el film Corazón Muerto). Su carisma y presencia resultan indispensables para apoderarse del personaje, que ahora se presenta en su versión definitiva. Borghi también regresa al papel de Guadalajaraman, el ayudante de Marcelo, y puede lucirse luchando contra ninjas dignos de Mortal Kombat. Germán Baudino, también actor de producciones independientes, es el maestro de la salsa; Vanina Balena compone a Molly, la secretaría del jefe (Juan A. Mingrone), y se destacan las participaciones especiales de Esteban Prol, Carlos Kaspar, Chucho Fernández y Minoru Tajima. Con sus agradecidas dosis de disparos, persecuciones, peleas y criaturas robóticas, Nacido para Morir es una nueva muestra del humor y la imaginación de Andrés Borghi, y deja con ganas de más aventuras con Marcelo Riesgo.
Nacido Para Morir es la secuela de Bailando con el Peligro, película que Andrés Borghi hizo prácticamente en su adolescencia. Juntando un cúmulo de chistes bizarros, bromas de recreo, idiosincrasia oriental, “friquez” gamer y otaku y, por momentos, tanto locura como brillantez. Ahora Borghi y Coccaro le dan vida a una película distinta… y veremos si por distinta queremos decir buena. Seguro, como una caja fuerte: Nacido para MorirLa premisa de Nacido Para Morir es simple, sacada de cualquier película de espionaje clásica. Científico crea formula revolucionaria, terroristas y mastermind la roban, agente secreto enamora la chica y salva el mundo con tiros, one-liners y carisma. El tema acá está en la ejecución de todo. Borghi escribiendo co-protagonizando y dirigiendo, junto a Coccaro, manejan a la perfección la delgadísima linea del ridículo. Le caminan por encima, le bailan encima, e incluso la empujan un poco, pero nunca llegan a pasarse, creando un mundo no sólo rico en situaciones hilarantes, si no creando personajes verdaderamente entrañables que queremos volver a ver muchas, pero muchas veces más. El humor absurdo está a la orden del día, por lo cual almas sensibles, cuadradas y de poco vuelo, no sabrán (o querrán) apreciar la obra de Borghi. Esto es así, Nacido Para Morir podrá estar hecha para todos, pero definitivamente no todos podrán o sabrán disfrutarla, y ellos se la pierden. Mirá, una distracción: Borghi presentó y se llevó varios premios en la edición 2014 del Buenos Aires Rojo Sangre, el cual es casi su segunda casa. Donde mucha gente lo conoce (entre los cuales me incluyo) por sus otros trabajos como Otakus (mundialmente reconocida), Working Day (premiada por el mismísimo Peter Jackson), o su serie web COSO, en la cual podrán ver un poquito de lo que pueden llegar a encontrar en Nacido Para Morir. Esta presentación en el Festival de Mar Del Plata es, sin dudas, salir de la zona de confort, exponer un producto a otro tipo de gente, de ojos y de opiniones. Es decir, una película como esta no puede fallar en el BARS, pero a Mar del Plata definitivamente viene a bailar con el peligro, así de simple. En lo que a mi respecta, es una propuesta descontracturante en un ambiente por momentos acartonado y demasiado serio como este festival de cine “clase A”, comparable en rotulo a Cannes o Venecia, por ejemplo. De re-chupete: La historia, como dije, es simple. El tema es la ejecución, y es aquí donde radica la genialidad de Nacido Para Morir. Su humor es realmente fresco y hasta diría necesario, ese tipo de humor que está a menos de un segundo de dar vergüenza ajena. Marcelo Riesgo, el protagonista, es una especie de Sledge Hammer, según palabras del propio Coccaro, una especie de winner total, de las maneras más inverosímiles y graciosas. Lo mismo pasa con el Guadalajaraman de Andrés Borghi, un sidekick perfecto y fluido, donde se da la mayor química de la película. Acompañan de manera genial, tanto el personaje de Stillman como el de El Jefe, componiendo personajes sólidos y verosímiles, dentro del inverosímil. Párrafo aparte merece la escenita de Chucho Fernandez, la cual no pienso comentar para no spoilear. Conclusión: Nacido Para Morir es en mi opinión una película de visión obligada para amantes de lo bizarro, geek, gamers, fans de lo oriental, otakus, gente común y mortales en general. Les puedo asegurar que si se dejan llevar, Nacido Para Morir les va a dar una vuelta en el trencito de la alegría, no van a olvidar, y que van a querer volver a subirse una y otra vez. Están avisados. Ojala haya Marcelo Riesgo para rato…
Salsa criolla Nacido para morir (2014) se asume desde la primera imagen como parodia de aquellas películas exploitation y cuenta con el humor absurdo para hacer de los clichés y los lugares comunes su plataforma de despegue al darle otra aventura desopilante al agente Marcelo Riesgo -Leandro Cóccaro-. La economía de recursos y el uso inteligente de los efectos visuales funcionales l relato son dos de los elementos que deben destacarse de esta producción de corte independiente de Andrés Borghi, también en el rol de uno de los mejores personajes del film.
Nacido para morir mixes action with sheer parody and an energetic display of martial arts POINTS: 7 Argentine filmmaker Andrés Borghi is probably best known so far for his brilliant horror short film Alexia, which had a record figure of over one million views since it was uploaded on YouTube early this year. Featured at the scream fests of Sitges and Fantaspoa and winner of the Best Short Film Award at Buenos Aires Rojo Sangre, Alexia turned to social networks for a ghostly tale of bitter exes who literally haunt you to death. Prior to Alexia, and among other short films, Borghi made the short Otakus, which was also a big hit on YouTube, a comedy/action film that displayed his fixation with Japanese cartoons. Another singular work is Working Day, made in New Zealand and lauded by famous LOTR and Hobbit director Peter Jackson. Now comes the time for the commercial release of his entertaining full length feature Nacido para morir (“Born to Die”), previously featured in a number of international film festivals, chief among which Buenos Aires Rojo Sangre, where it won four awards, including Best Director and the Audience Award. It follows special agent Marcelo Riesgo, who faces a new mission in his continuous fight against terrorism. This time he’s after Poker Face, a malevolent villain who has kidnapped Doctor Pupete, a famed expert in spicy sauces. Thing is, Doctor Pupete has discovered a precious and very powerful formula that could eventually replace all fuels used worldwide — literally. So it’s easy to see that whoever has the formula will rule the world — which will translate into a catastrophe of huge proportions. With little time to accomplish his mission, agent Riesgo will risk his life to defeat Poker Face. Nacido para morir is, first and foremost, a fine example of genre crossbreeding as it mixes many characteristics from action films — think James Bond — with effective comedic visual and verbal gags alongside an ingenious touch of the fantastique. At the same time, there’s also room for a tongue-in-cheek tone, sheer parody and an energetic display of martial arts. It’s a challenging bet that could have easily gone awry, but that’s not case here, as it all amounts to an amusingly bizarre cinematic experience, as surprising as it is refreshing. But don’t get me wrong: Nacido para morir is not a perfect film by any means, as it also has its flaws. Though it starts in a very organic manner, as it unfolds it tends to become overplotted and the impact of the story is occasionally lessened. Then, it could have used less dialogue, all the more considering the visuals are so attractive. And not all the gags work to the same extent — and when they don’t, it shows. Last and not least, it runs 100 minutes, which is somewhat overlong. On the other hand, Borghi shows considerable talent in taking very good advantage of every single element of the language of cinema. Camera placement is not an easy task, but cinematographer Christian Barrozo finds the best possible angles and points of view for each scene. Let alone the inventive use of a palette that goes hand in hand with the atmosphere of different zones in the narrative. Simply put: you see the whole scenario under the best possible light. Likewise, the tight editing and the notable VFX by Andrés Borghi — who also plays a key character, Guadalajara Man, to great effect — are aesthetically alluring and technically impeccable. One of the best accomplishments for a filmmaker is to create a world of their own, and in this regard Borghi excels. Because despite the many stylistic influences, Nacido para morir is never a derivative piece of work. In fact, it’s a very free film that ventures into different terrains and refuses to be formulaic. In the end, it’s the work of a very promising auteur who has already shown outstanding credentials. Limited release BAMA Movie Theatre (Av. Pres. Roque Sáenz Peña 1145) at 10.30pm. Production notes Nacido para Morir (Argentina, 2014). Written and directed by Andrés Borghi. With Leandro Cóccaro, Vanina Balena, Nicolás Stilman, Juan Mingrone, Andrés Borghi. Cinematography: Cristian Barrozo. Editing and VFX: Andrés Borghi. Running time: 100 minutes. @pablsuarez
Secuela de Bailando con el Peligro, película hecha entre amigos en el año 2002, Nacido para Morir se estrenó en el 2014 en el Buenos Aires Rojo Sangre, fascinando tanto a los espectadores como a los jurados; prueba de ello es que se llevó la mayoría de los premios de la competencia internacional. Afortunadamente para quienes no la hayan visto, esta semana vuelve a la pantalla grande en el Cine BAMA, y en esta review te contamos por qué no te la podés perder. El agente Marcelo Riesgo (Leandro Cóccaro) se embarca en la captura del maléfico villano Cara de Póker, no sólo porque es el villano de turno sino también porque de esa captura depende limpiar su buen nombre y saldar deudas del pasado. Apoyado por su fiel compañero Guadalajaraman (Andrés Borghi), quien también atraviesa un interesante arco de transformación, se enfrentan a una serie de antagonistas que no tienen nada que envidiarle a James Bond: los ninjas “Maniáticos de la Limpieza” , el asesino a sueldo Víctor Patíbulo (un sorprendente Simón Ratziel) y el ya mencionado Cara de Póker. La película es una clásica cinta de agentes en clave cómica con un excelente ritmo. La principal fortaleza de la película es el trabajo de guión: hay una construcción de personajes y una causalidad de eventos contundente, que se hilvanan sobre una estructura sólida. Claramente Borghi sabía qué historia quería contar, y todo apunta en la misma dirección. Incluso los momentos cómicos están estratégicamente colocados para no destruir climas ni tensiones. Desde las actuaciones se termina de sellar la verosimilitud de la propuesta. En los roles principales, además de los nombres ya mencionados, destacan Nicolás Stilman (que de hecho no es actor) en el papel de Baniatto, el agente enemigo de Riesgo; Vanina Balena como Molly, la hermana de Baniatto en torno a la cual se estructura la subtrama romántica de la película; y en algunos papeles menores pero impecables Estéban Prol, Rocío Rodríguez y Laura Raggio. Mención aparte para el experimentado Germán Baudino, quien compone al Dr. Pupete (un experto en salsas picantes cuyo secuestro detona toda la trama), y sabe poner el cuerpo para retratar todos los matices que el personaje requiere. Mención aparte #2 para Leandro Cóccaro como Marcelo Riesgo: así como Ryan Reynolds es Deadpool y Margot Robbie es Harley Queen, Cóccaro nació para morir. No, mentira, nació para ser Marcelo Riesgo. Lo hemos visto siempre correcto, por ejemplo en la serie web Martín Mosca y en Corazón Muerto entre otras producciones independientes o no, pero es realmente en este playboy audaz donde alcanza la cima actoral (¿Tendremos un Nacido para Morir 2?). Desde la realización la película transmite fuerza, convicción, huevos. Está hecha con un presupuesto mínimo y, aunque se nota, nunca se achica, siempre apostando a más. Se deja entrever una obsesión casi milimétrica porque cada plano tenga el tamaño, la angulación y la duración adecuada. Sí es cierto (no son todas flores, por supuesto) que hay cierta desprolijidad en la calidad final; por momentos da la sensación que algunas secuencias fueron grabadas más a las apuradas que otras que incluyen movimientos de cámara con grúas y travellings. Nacido para Morir cuenta con banda de sonido original, algo no muy habitual en este tipo de producciones, compuesta por Pablo Borghi, hermano de Andrés y uno de los principales compositores del cine nacional del momento: suma muchísimo la musicalización incidental a la hora de generación de climas y tensiones. Por último, no podemos omitir mencionar la calidad de los efectos visuales que, hoy por hoy, a casi dos años de su estreno, no han sido igualados a nivel independiente (y de hecho muchas producciones grandes son bastante más berretas). Explosiones y modelados realistas en 3D a la cabeza, la riqueza de estos efectos es que saben ir de la mano armónicamente con el resto de la película. Podrían haber sido más artificiales, más pretenciosos (está a la vista de todos que el talento y la capacidad estaban), pero se tomó la sabia decisión de optar por la coherencia general. VEREDICTO: 9.0 - NACIDO PARA BRILLAR A pesar de algunas desprolijidades, Nacido para Morir es sin duda uno de los mejores exponentes del cine nacional independiente de los últimos años. Con fuerza, convicción y seguridad logra contar una historia que cierra y, además, se atreve a hablar de temas universales como el amor y la amistad