Luego de que el ejército ingles se hiciera con el control de las colonias del Virreinato de La Plata, deciden introducir el concepto del futbol, para distraer a la gente de lo que realmente está sucediendo. Pero un grupo de personas verá en este novedoso deporte, la forma de revivir el sentido patrio que todos tenían dormido.
Hoy vamos a hablar del nuevo delirio dirigido por Néstor Montalbano, alguien que no debería necesitar demasiada presentación, ya que sus antiguos proyectos hablan por sí mismos. Así que si entre los lectores hay fans de lo absurdo como arma principal en una película, prepárense para No llores por mí, Inglaterra.
Como todo buen film de este estilo, su mayor virtud está en reconocerse ridículo, y explotar dicha herramienta al máximo. Solo así podemos entender el uso y abuso de cromas que se notan y saltan a la vista al segundo de verlos. O la utilización de algunos miembros del elenco, que claramente no son actores, y que difícilmente los volvamos a ver en una película.
Pero quizás ahí radica el mayor problema que va a tener en cartelera No llores por mí, Inglaterra, y es que estamos hablando de un film muy de nicho. No solo por el tema del humor absurdo que no es apto para todos; sino que el mundo en el que se centra, es en el del futbol. Y no solo lo decimos por el deporte en sí; sino que además hay muchas referencias y guiños al “balón pie” argentino, y que si uno es ajeno a esto, no los va a entender y va a ver como el resto de la sala se ríe.
Para que todo este humor funcione, se debía contar con interpretas que se presten para el ridículo, y por suerte Montalbano los encontró. De Diego Capusottono podemos decir nada que no se sea, ya que este hombre nació para dichos roles. Pero quien destaca y sorprende es Gonzalo Heredia, a quien vemos tomarse muy en broma su rol, cosa que sumado a su carisma, hacen que de inmediato empaticemos con su personaje y su protagónico sea llevadero y creíble.
No llores por mí, Inglaterra es recomendable pero para un grupo muy reducido de espectadores. Ya sean por futboleros o porque les gusta el humor ridículo y absurdo (ya si son de disfrutar ambas cosas es un golazo), es un film que deben ir a ver en su primera semana en cartelera, porque por desgracia, estas películas difícilmente duren mucho tiempo en los cine. Así que están avisados y no se olviden de alentar a su equipo favorito.