Cuando escuches esa canción… solo recuérdame.
Mateo (Leonardo Sbaraglia) recién salido de la cárcel va en búsqueda de su antigua camioneta para luego ir tras su gallo “el rey” ganador de riñas.
Él es un ladrón de gallinas, un buscavida. En su recorrido por la llanura pampeana se encontrará de forma casual con Aurelia y Carmelo (adorable trabajo de Cumelen Sanz y Santiago Saranite) dos hermanos que están tras los rastros de su padre abandónico. Deciden entonces ir los tres juntos hacia el sur.
Todo sucede en ese recorrido. La historia es sencilla, encantadora, con pinturas fotográficas. Una propuesta atractiva por la forma que nosotros -los espectadores- nos subimos en ese viaje.
Más que una película es como un bello poema. La forma de contarse, la música, esos rostros que hablan poco, pero lo dicen todo. Precioso primer trabajo, cargado de sensibilidad, de su directora Fernanda Ramondo.