Los directores Diego y Pablo Levy retratan el mundo de una sedería del Once, un mundo limitado. Pero la riqueza que siempre se cuenta cuando uno pinta su aldea es notable. Ellos conocen ese mundo y abren sus puertas para ese dueño y sus vendedores, un equipo donde entran todos los matices. El resultado de ese mundo de hombres dedicados a las mujeres en edad de casamiento, madrinazgo o cumple resulta encantador.