Pasado/Presente
Casualidades o no, tres de las películas que el cine ecuatoriano realizó últimamente en coproducción con Argentina se centraron en un tramo de la adolescencia durante un determinado momento de la historia reciente de ese país. Mientras Feriado (Diego Araujo, 2014) y la fallida Saudade (Juan Carlos Donoso, 2014) llevan el punto de vista de un adolescente durante la crisis económica de finales de siglo, 87 (2014) sitúa a los personajes en dos momentos de la vida: el año 87 en medio de la adolescencia, y la adultez en la actualidad.
Dirigida a cuatro manos por Daniel Andrade y Anahí Hoeneisen, la historia de 87 versa sobre tres amigos que durante los albores de la adolescencia deberán enfrentarse a diferentes situaciones que la vida les tiene preparada. El despertar sexual, la amistad incondicional y la música se mezclaran con conflictivas relaciones familiares, exilios, robos y tragedias personales. En paralelo la trama alterna un reencuentro que casi un cuarto de siglo después tienen los mismos personajes (o casi todos), que dejaron de verse por un hecho particular que no conviene revelar por ser un punto de quiebre de la historia.
87 genera una serie de preguntas sobre los cambios y las distancias. ¿Cómo nos ven hoy? ¿Qué nos cambió? ¿Somos los mismos o nos convertimos en personas desconocidas? ¿Podemos reconocernos? Respuestas que los propios personajes deberán buscar. El problema que surge es que esta idea, que en un punto es interesante, solo sirve como un epílogo de toda una historia que para llegar hasta ese momento se pierde en el pasado. Lo que en un principio pareciera ser una película sobre adolescentes abúlicos y conflictuados da un giro de 180 grados para convertirse en una película sobre el paso del tiempo y los cambios que este produce tanto física, emocional y hasta geográficamente.
Más allá de sus aciertos y errores, el resultado termina siendo correcto. Desde lo técnico hay que destacar la acertada reconstrucción de época como la utilización de una banda sonora que le escapa al clisé. En el elenco se luce el argentino Michel Noher junto a un grupo de jóvenes actores ecuatorianos que trabajan desde el naturalismo y alejados del estereotipo.