Nuevo trabajo de Alejandra Marino que puede verse a partir de hoy en salas porteñas. La directora rosarina ya ha mostrado su capacidad en «El sexo de las madres» (2012) y «Hacer la vida», estrenada el año pasado en plena pandemia vía CineAr y vuelve a la pantalla grande con un relato sobre trata de personas y búsquedas desesperadas.
Carla (Paula Carruega) ha dejado la fiscalía donde oficiaba de psiquiatra y perito. Está separada de Gustavo (Joaquín Ferrucci) y vive un tremendo hecho traumático en su vida: en un arenero, su hijo fue secuestrado hace un tiempo y aún no hay datos sobre su desaparición. La cruda circunstancia ha llevado a su pareja a una encerrona difícil.
Sin embargo, la foto de una niña perdida en un escenario similar, abre la oportunidad de unir fuerzas e intentar desentrañar la verdad detrás de esta cortina de indiferencia judicial y policial. Llegarán entonces a una casona de las afueras donde Inés (Ana Celentano), la mamá de la nena perdida, les ofrecerá apoyo para seguir la búsqueda.
Sí, ella vive con su esposo, Horacio (Manuel Callau) y su situación no es precisamente normal. Está fuertemente medicada y su angustia la supera. En ese contexto, la aparición de una vidente con información valiosa, puede suponer encontrar la solución de los dos casos: Carla está convencida que la respuesta podría desbaratar una gran operación de trata.
La trama fluctúa entre el thriller de suspenso y el drama familiar. Se percibe una intención de utilizar los modestos recursos técnicos para potenciar un clima íntimo que funciona de manera dispar. Los trabajos de Celentano y Callau son sólidos y ofrecen el valor de una experiencia necesaria para este tipo de realizaciones, al igual que Victoria Carreras como la clarividente que hará un aporte central para desentrañar el misterio. Sin embargo, otros roles no cumplen con la intensidad requerida para una propuesta tan emocional.
Si bien la cinta transita por lugares comunes al cine nacional, Marino ofrece una actitud de compromiso social importante, haciendo de vocera a su protagonista y poniendo en relieve un tema doloroso para la sociedad: el tráfico de personas y la indiferencia (o complicidad) de las autoridades para resolver los justos reclamos de la gente.
«Ojos de arena» es un trabajo que consolida la edificación de un perfil de cineasta personal necesario para nuestra escena local. Puede verse desde hoy en el complejo INCAA Gaumont y en los Showcase Norte y Haedo.