La escena del martillo está
Cuando le preguntaron a Gus Van Sant por qué había decidido rehacer Psicosis (Psycho, 1960), el cineasta respondió “Así nadie más tendría que hacerlo”. Si le hicieran la misma pregunta a Spike Lee sobre su remake de la coreana Oldboy (Oldeuboi, 2003) probablemente respondería lo mismo. Nada de su nueva película nos hace pensar que se trata de otra cosa que un trabajo impersonal y hecho por encargo.
Oldboy: Días de venganza (Oldboy, 2013) no es una remake “plano por plano” de la original pero tampoco hace nada drásticamente nuevo con el material. Verla sólo da ganas de ver la otra. Apenas se cambian ciertos detalles, como para dar nueva vida al brutal giro sorpresa del final que ya muchos conocen. Si eso no logra engañarlos, aunque sea los mantendrá ocupados preguntándose cómo hará la película para llegar a la misma conclusión que la anterior cuando parece estar yendo en otra dirección.
El protagonista es Joe Doucette (Josh Brolin), un ejecutivo de marketing alcohólicoque vive gritándose con su ex mujer por teléfono y nunca tiene tiempo para ver a su hija. A la mañana siguiente de una cena de negocios catastrófica, Joe despierta encerrado en un extraño cuartoy con sólo un televisor de ventana al mundo exterior. No sabe dónde está, qué hace ahí ni quién es su carcelero.Así pasará los siguientes 20 años hasta que otro giro kafkesco lo pondrá en libertad con la siguiente consigna: averiguar quién es su malhechor y qué hizo para merecer su tormento, o no volverá a ver a su hija.
El primer acto retiene algo de la mística y la intriga de la película original, y Brolin es una buena decisión de casting, considerando su maña para encarnar brutos simpáticos. Luegosale de su prisión y entabla una maratón de venganza sanguinaria más o menos similar a la original, aunque parece más apurada y menos reflexiva. En efecto, resulta que los productores forzaron al director a quitar 40 minutos de la película, acelerando una película de acción a cambio de ritmo, atmósfera y caracterizaciones.
Hasta la “escena del martillo” parece haber sufrido por los cortes, dividiendo el famoso plano ininterrumpido de acción en dos, lo cual es como rehacer Psicosis y arruinar la escena de la ducha. A cambio Spike Lee sube la apuesta desde el aspecto técnico con una coreografía y movimientos de cámara bastante más sofisticados que los del crudo original,pero desde el aspecto narrativo la escena resulta frívola. Nuestro héroe parece más un gringo testarudo que una máquina adoctrinada por veinte años de pensamientos de venganza.
La trama pretende ser tan perversa como la original, pero fatalmente tanto el héroe como el villano (Sharlto Copley) son caricaturizados de tal forma que sus tragedias personales dan poco más que risa, y los personajes nunca conectan con el público. El Joereformado no es más impresionante que un típico héroe de acción, mientras que el villanoes una especie de Vincent Price de cuarta, amanerado, caprichoso y completamente disonante con el resto de la película. Son un pobre contraste con el film original, que daba igual importancia a ambos personajes y sus actores les interpretaban con ecuanimidad. Iban un poco más allá de “el bueno y el malo”.
Oldboy: Días de venganza es una remake bastante fiel a la obra original, ¿pero en qué medida es la fidelidad el mayor objetivo de una obra de arte? La Oldboy coreana posiblemente sea mejor que el manga que la inspiró, y las similitudes son exiguas. Lo que hay acá es un desinterés general de parte del creador por la historia y sus personajes, mientras que los logros de la película son superficiales. La buena noticia es que Lee cumplió su cometido, porque ahora ya nadie más tiene que rehacer Oldboy.