Oldboy resultó el capítulo más famoso de la trilogía de venganza del director coreano Chan-Wook Park, integrada además por Sympathy for Mr. Vengeance y Sympathy for Lady Vengeance.
Un tremendo thriller que terminó por consolidar a este realizador a nivel internacional, quien había resurgido a partir del año 2000 con la película Joint Security Area.
Después de varios fracasos consecutivos, Park había decidido abandonar el cine hasta que hizo ese film que le cambió la vida y lo impulsó a conseguir más trabajos en la industria de Corea del Sur.
Luego filmó la famosa trilogía en la que Oldboy se convirtió en su producción más popular.
Como ocurrió con tantas buenas películas en el pasado, este gran thriller también resultó vejado por una innecesaria remake hollywoodense que no tiene razón de ser.
En este caso la situación es peor porque encima el refrito estuvo a cargo de un buen director como es Spike Lee.
Martin Scorsese tomó una joya del cine asiático como Infernal Affairs, brillante trabajo de Andrew Lau, y la convirtió en otra excelente película como fue Los infiltrados.
Un film que sobresalió por tener una identidad propia que abordaba una historia conocida con un enfoque diferente.
No es el caso de Spike Lee, quien evidentemente se involucró en este proyecto para cobrar un cheque sin el menor interés por el material original.
No deja de ser impactante que una historia que resultó tan intensa y apasionante, trabajada por otro director se convierta en un bodrio completamente olvidable.
En esta versión cambiaron la motivación del personaje que gesta el plan de venganza y esto generó que sus acciones carezcan por completo de sentido. Intentaron hacer más retorcido el argumento original y lo convirtieron en un relato tonto, donde el giro sorpresivo que tenía el conflicto se arruinó por completo.
Chan-Woo Park presentó en su momento un thriller donde se establecía una conexión emocional con los personajes, que eran más humanos, pese a las cosas terribles que hacían.
En esta nueva versión esos roles quedaron convertidos en caricaturas trilladas que generan indiferencia frente a las situaciones que atraviesan.
Josh Brolin y Elizabeth Olsen (Godzilla) lograron salir bastante bien parados con sus interpretaciones pese al guión que tenían disponible. No se puede decir lo mismo del sobreactuado Sharlto Copley (Maléfica).
Más allá del salario que debe haber cobrado Spike Lee es un misterio el motivo que lo llevó a filmar esta película, que no es otra cosa que una copia berreta de una obra que no necesitaba una remake.
La mejor recomendación que se le puede dar a los espectadores que no conocen Oldboy es que busquen la película coreana y no arruinen la visión de esta gran obra con la versión más floja que ofrece el cine hollywoodense.