Thriller sin tensión
Algunos directores elaboran los guiones de sus películas. A veces, esa doble tarea llega a gran puerto. En otras instancias, puede que existan detalles que se podrían haber arreglado mejor. Otra alternativa es que las interpretaciones no acompañen armoniosamente al conjunto y a la idea en sí. Omisión tiene mucho de esta última opción, combinada con la segunda, y por eso no termina nunca de encontrar un rumbo preciso.
La historia nos remite al regreso de Santiago Murray (Gonzalo Heredia) a Buenos Aires tras unos cuantos años en el exterior. Siente la necesidad de ayudar, por lo que oficia de cura. Del otro lado, un psiquiatra apellidado Branca (Carlos Belloso) que, cansado de oír a sus analizados, decide actuar por cuenta propia intentando subsanarse y de paso barrer con todo aquello que percibe como sucio en la gente, llevando a cabo una serie de crímenes. Conocedor del tema, desembucha su testimonio ante nuestro protagonista, sabiendo que lo que en su rubro obra como secreto profesional, en la religión tiene el mismo valor de confidencialidad.
El film nos introduce en una suerte de persecución entre Murray y Branca, dos personajes antitéticos pero similares en cuanto a sus limitaciones a la hora de sacar a la luz lo que han escuchado de sus pacientes/penitentes. Ambos pecan de omisión, pero sólo uno de ellos es quien realmente sufre por no traspasar esa barrera que le permita delatar e intentar impedir una cadena de asesinatos.
No se puede negar que el planteamiento, la trama o la concepción que pretendía concebir Marcelo Paez Cubells es interesante, al menos desde la teoría. Pero en el pase a la verdad, a la práctica, al rodaje, Omisión falla en varios aspectos: en su manso y en demasía pausado ritmo; en las encarnaciones poco convincentes de las personalidades elegidas para recrear las escenas; y en el poco aporte de la banda sonora al emplearse una musicalización baja, intransigente, que no asiste ni coopera con la lentitud de las secuencias para darle mayor grado de nerviosismo o suspenso.
Si en un thriller flaquean los condimentos esenciales, como la intriga y la tensión, difícil resulta que tome vuelo y enlace al espectador.
LO MEJOR: la idea, el inteligente planteo desde lo teórico. Belloso cumple.
LO PEOR: las actuaciones, de lo peor de la película. No hay misterio, no tiene punch, resulta demasiado plana.
PUNTAJE: 5