Esta adaptación de la novela homónima de Jason Matthews, centrada en la escuela de agentes sumisos y reemplazables al servicio del estado Ruso durante la Guerra Fría, propone un buen Thriller de espías clásico que rescata el ambiente de intriga, deslealtad y traiciones existentes en ambos bandos y la caracterización de los rusos y americanos estereotipada de los films de los 80, pero sin el grado de acción y tensión que caracterizaban a aquellos, ni las persecuciones y explosiones propias de Hollywood como Nikita o la reciente Atómica.
Operación Red Sparrow se centra mas en el factor psicológico de estos atormentados personajes, con una cautivante Jennifer Lawrence sufriendo vejaciones físicas y psicológicas, un gran reparto que incluye a Charlotte Rampling, Mary-Louise Parker, Jeremy Irons y Ciaran Hindsentre otros, y cierto atributo del director Francis Lawrence para filmar sin escrúpulos algunas escenas de violencia.
Dominika, una retirada bailarina del Ballet Bolshoi con sus sueños destruidos y su madre enferma a cargo, sucumbe a los favores de su tío que la envía a un funesto lugar en el que aprenderá el arte de la seducción aplicado al espionaje de Estado. Con la misión de extraer información a un agente de la CIA-Joel Edgerton-, comenzara una espiral de amenazas, engaños y atracción sexual que pondrá en peligro tanto su vida como la seguridad de sus respectivas naciones.
Operación Red Sparrow brilla en la superficie, con una elegante puesta en escena; la opulencia de palacios y hoteles; una fotografía plomiza que junto a la crudeza del invierno ruso y la banda sonora contribuyen a crear esa atmósfera tan particular de misterio e incertidumbre que pesa alrededor de todos los personajes de la película; y principalmente por una solemne Jennifer Lawrence que se debate entre el bien y el mal en su conversión de inocente joven a femme fatale impredecible, para terminar imponiendo su libre albedrío a la voluntad del estado Ruso. Pero mas allá de la protagonista y la puesta en escena con eficaces y un tanto sádicas escenas de violencia, que incluyen múltiples intentos de violación y una maquina para filetear piel humana, Operación Red Sparrowse hace larga.
La intriga simplemente no sostiene el interés con fuerza suficiente durante dos horas y veinte de metraje, sumado a la falta de vertiginosas escenas de acción y que falta un poco mas de química entre sus dos protagonistas.
Sobre el final, una vuelta de tuerca vuelve a despabilar al espectador de este film que aparentaba especialmente retorcido en el comienzo y que termina quedándose solo en un buen Thriller de espías.
Mención aparte para la incomprensible, aunque deliberada claro esta por su director, decisión de ambientar la historia en la Rusia actual, cuando en la puesta observamos que las intenciones son otras, teniendo que recurrir incluso a tres escenas -casi como si fueran de otro film- para justificar la contextualidad de actualidad. ¿Hacían falta celulares?