La femme fatale, la Jennifer
"Red Sparrow" presenta la cuarta colaboración entre la ya super estrella de Hollywood, Jennifer Lawrence, y el director austríaco de apellido homónimo, Francis Lawrence. Anteriormente trabajaron en las últimas tres entregas de la exitosa saga "Los Juegos del Hambre".
En esta ocasión, nos ofrecen un thriller de espionaje que para mi gusto se tomó demasiado en serio a sí mismo. La historia no aporta nada exactamente nuevo a lo que ya hemos visto del mundo del espionaje además que todo el tema de ser una ciudadana rusa a Jennifer no le sienta del todo bien. La película en sí está bien construida, tiene un buen elenco y algunos momentos de acción y suspenso que la hacen disfrutable, pero la verdad es que el resultado final termina siendo un poco olvidable.
La trama nos presenta a Dominika Egorova, una bailarina talentosa del Bolshoi que por un desafortunado "accidente" se ve forzada a abandonar la danza y por lo tanto queda sin trabajo. Su madre está enferma y tiene poco dinero. Esto la lleva a pedir favores a un tío peligorso y poderoso con altas conexiones en el gobierno ruso. Termina uniéndose a un programa secreto de entrenamiento que pondrá a prueba su temple y le ensañará a manipular a las personas usando su sensualidad e inteligencia. La envían a una misión en la que se cruza con otro agente, el americano Nate Nash, con quien comenzará una danza estratégica para cumplir con su misión y poder a la vez escapar de su nueva vida en el espionaje, ¿o quizás es todo parte de su artimaña?
Lo más interesante del film es la mismísima Jennifer Lawrence que siempre ilumina la pantalla. Belleza y gran actuación más allá de que el ruso no es lo que mejor le sienta. Acompaña un buen elenco que incluye nombres como Charlotte Rampling, Joel Edgerton, Jeremy Irons, Matthias Schoenaerts, Ciarán Hinds, Joely Richardson y Mary-Louise Parker entre otros. Otra cuestión interesante es la calidad de la escenas, cómo están planificadas y filmadas, con gran pericia y encanto estético.
El problema se presenta más bien por el lado del guión que no es muy interesante además de que por momentos se vuelve predecible y poco verosímil. Hay algunas situaciones que ya son de manual, que no deberían presentarse, y que aquí suceden igual. Ejemplo de esto son el enamoramiento de los agentes enemigos, el pasar de ser bailarina a máquina asesina como si hubiera aprendido a plelear con el cablecito en la nuca de Matrix, la develación del topo infiltrado en el gobierno ruso y algunas otras torpezas más que le restan calidad.
Creo que el público en general la disfrutará pero le parecerá a la vez olvidable, poco trascendente, e incluso habrá otro tanto al que directamente le parezca aburrida y que se tomó demasiado en serio a sí misma para contar una historia que es más bien básica.