Jennifer Lawrence presta su cuerpo y alma a una película que atrasa años en materia de disparadores narrativos y que intenta acercar a grandes audiencias un género que ya ha quedado en desuso: películas de espías.
Francis Lawrence recupera a su heroína de Los Juegos del Hambre para actualizar el relato de saga juvenil a ligas mayores, configurando en el relato del devenir de una joven bailarina en espía todos los lugares comunes de propuestas ya presentadas. A favor, las escenas de tortura a las que se presta Lawrence y otros miembros del elenco.