Jennifer y Francis Lawrence no tienen parentesco entre sí pero llevan recorridas muchas horas de rodaje juntos. La actriz y el director trabajaron codo a codo en las tres últimas películas de Los Juegos del Hambre y ahora se reencuentran en Operación Red Sparrow (gorrión rojo).
En el filme, una bailarina clásica en Rusia se ve obligada a trabajar encubierta para el servicio de seguridad de su país. Dominika Egorova (Jennifer Lawrence) deja de lado sus zapatitos de ballet y se somete a un entrenamiento durísimo y humillante cuyo objetivo es convertirla en un arma de “seducción y manipulación”: una Red Sparrow.
Ese es el punto de partida de este thriller de espías al que le sobran veinte minutos pero que igual mantiene la tensión (y atención), en gran medida gracias a los giros de la trama. Los diálogos de la cinta por momentos son naif y contrastan con el evidente deseo de hacer una película para adultos, con mucha desnudez y violencia.
El entrenamiento y las “clases” a las que asiste la protagonista parecen sacados de una saga juvenil, casi como si se tratara de una parodia. Sumado al hecho de que resulta difícil imaginar la transformación de una bailarina clásica en la espía más picante en menos de lo que canta un gallo.
Al comienzo la película sorprende con una cruda escena de abuso sexual y violencia. De ahí en adelante el recurso se profundiza y hay más desnudos, sangre y tortura sin sutilezas.
Jennifer Lawrence le pone el cuerpo a la película en todos los sentidos, y una vez más demuestra ser una gran actriz. Sin embargo, de a ratos no parece sentirse cómoda como femme fatale, uno de los roles que deben tener las Red Sparrow. En este sentido y por más odiosa que sean las comparaciones, el papel de Charlize Theron en Atómica resulta mucho más impactante, sexy y empoderado de lo que “los Lawrence” (actriz y director) logran con Dominika Egorova.
Operación Red Sparrow es una película de las que se olvidan poco después de abandonar la sala de cine, pero cumple como un filme de espionaje entretenido y sorprende por su nivel de perversidad. Están avisados.