Ostende

Crítica de Emiliano Basile - EscribiendoCine

Ese extraño hombre de la playa

La ópera prima de Laura Citarella, Ostende (2011), es una atractiva propuesta que apela a la construcción del suspenso a partir de la tensión generada por un interesante juego con los puntos de vista. De esta forma mantiene atento al espectador a lo largo de todo su metraje.

Laura (Laura Paredes) llega a la ciudad balnearia de Ostende y se aloja en un desolado hotel. Sola y sin mucho que hacer, comienza a observar a un extraño hombre que se pasea con dos mujeres por la playa. La relación entre estos personajes le disparará a Laura una serie de conjeturas así como al espectador la duda sobre lo que sucede o podría llegar a suceder.

Así como si se tratase de un film de Chabrol, Laura Citarella va manipulando al espectador a través de un interesante manejo de la información. No sabemos mucho desde la butaca sobre lo que sucede pero todo está inferido, todo puede pasar o al menos eso se sugiere. Este juego, acentuado por los puntos de vista –lo que se ve y lo que no se ve- generan un misterio desconcertante y sugestivo.

Todos lo elementos de la película van dejando pistas induciendo hipótesis que no se llegan a confirmar ni refutar, sin embargo la tensión se acrecienta a medida que la curiosidad invade a la protagonista.

Hay un par de referencias cinematográficas tomadas de Alfred Hitchcock (es difícil construir suspenso sin tomar algo del maestro), sobre todo en el plano final que aquí no develaremos. Citarella sabe cuando mover o dejar quieta la cámara, o cuando desprenderse del punto de vista de su protagonista para automatizar la mirada.

Ostende no es una película genialmente construida pero demuestra un amplio manejo de los recursos narrativos del suspense. Sonidos fuera de campo, fueras de foco y una inteligente construcción de los puntos de vista para crear misterio allí donde parece no suceder nada.