Voces en el vacío
Ostende es una ópera prima que fue presentada en el Bafici 2011 y que plantea una intriga con macguffin incluido en un escenario propicio como una playa poco habitada. El relato intenta por un lado inquietar al espectador bajo una ambigüedad que por momentos parece estar asociada a la percepción de la protagonista y por otro sencillamente a las leyes internas que atraviesan la trama.
Suspicious mind es el ringtone que suena en el celular de Laura, protagonista de esta intrigante película de Laura Citarella, quien tras haber ganado un concurso radial va a parar por cuatro días a un hotel en la ciudad de Ostende para desconectarse del mundo y entregarse a la contemplación de un mar violento y de una playa casi vacía.
Sin embargo, su tranquilidad comienza a alterarse desde el momento en que aparecen en escena un hombre misterioso, acompañado de dos mujeres jóvenes que despiertan la curiosidad de Laura por sus extrañas conductas.
A partir de ahí se alimenta la incerteza de un relato que vertebra diferentes historias que no terminan por concluir jamás: la de un mozo que cuenta una idea para una película; la de una cinta que reproduce extrañas voces y la de la propia Laura que juega a ser detective por unas horas recordando a aquella gloriosa película de Woody Allen Misterioso Asesinato en Manhattan, por no citar al fantasma de Hitchcock ya mencionado anteriormente, o al de Rohmer acompañando la trama, que lamentablemente decae promediando la parte final. No obstante, Laura Citarella como directora demuestra pericia en el manejo de la intriga, el ritmo y una sólida dirección de actores.