Un documental de Ron Howard, que deja de lado la ficción para meterse en la historia de uno de los tenores más famosos del mundo. Y el resultado es realmente conmovedor. Desde esa niñez, durante la Segunda Guerra Mundial, la relación con su padre, “un cantante una voz mejor que la mía “, asegura el tenor, el material de archivo riquísimo. Y nos permite ver su evolución como integrante de un coro, sus sueños, la oportunidad para ser solista y como cumplió su sueño de llegar a ser como su admirado Carusso. Los testimonios de sus esposas, sus amores, colaboradores y gente experta son muy valiosos. Y también se muestra como llego a una popularidad masiva, como supo que ese era su destino, que personas clave tejieron esa fama globalizada y solo reservada para el pop y el rock. Entre muchas perlas, como se gestó la unión de los tres tenores, y sus recitales benéficos de Módena. Amén de las relaciones familiares, dolores y alegrías. Y por supuesto el lujo de escucharlo cantar. Un documental para atesorar.
La voz del cielo en la tierra Respirar es lo más simple de aprender y a su vez lo más dificultoso, algo que quizás, determinó el éxito de Luciano Pavarotti, el dueño de la voz tenor que conquistó al mundo en cada gira. ¿En dónde radica la belleza y grandeza de Pavarotti? Su especial y puro color fluye en Pavarotti (2019), película que nos traslada a vivenciar experiencias internas. Para apreciarla hay que sentirla y no sólo oírla. El director Ron Howard nos relata, en su Dolby Atmos, la increíble vida y carrera de Luciano Pavarotti, el "Tenor del pueblo", basándose en archivos raros e inéditos, así como en muchos testimonios. Artista sobresaliente, abrumador y fuera de clase, Pavarotti también ha sido una personalidad de excepcional generosidad, luchando tanto por descubrir la ópera en el mundo como por apoyar causas queridas para su corazón. Su carisma irradia este sublime homenaje cinematográfico. El documental recorre la vida del cantante desde su infancia con imágenes de archivo, la influencia que tuvo su madre que lo impulsó en su carrera profesional. Cómo recorre y conquista el mundo con su talento. Su propia palabra, personalidad, humor cálido, acompañan el relato jutno a los testimonios de diferentes personas, como su esposa e hijos y colegas influyentes para su carrera o entrevistas a cantantes que tuvieron la fortuna de trabajar con él. Tal vez la duración y estilo del documental de Ron Howard, que abandona por un momento la ficción, sea de carácter tradicional, sin embargo, eligió un gran e imperdible personaje que resulta sustancial conocer para valorar su arte. Un "grande" es un ser ejemplar a seguir, puesto que supo mantener la curiosidad de los niños y -en su caso- la humildad para aprender eternamente de todos y del mundo. Un ser descripto por sus colegas como el dueño de la voz más ideal que haya nacido, por lo menos como tenor. Su voz siempre fue directo al corazón, al igual que su enorme generosidad.
La ópera, en el imaginario social, es un género teatral y musical reservado para unos pocos intelectuales. Esta es la historia de una persona que intentó desterrar esta idea y popularizar la ópera. El documental retrata a Luciano Pavarotti como persona pública. A pesar de las entrevistas a personas que lo conocían personalmente (como su ex esposa, hijas y colegas), el relato siempre se centra en la vida profesional del cantante y no en su vida privada, la cual queda bastante desdibujada. Es decir, la narración tiene una dirección muy clara: construir a Pavarotti como estrella. La película muestra cronológicamente los conciertos, actuaciones y apariciones públicas en televisión. Hay mucho tiempo en pantalla dedicado a la voz de Pavarotti y los puntos de giro del relato están vinculados a algún logro profesional. El más imponente es el concierto en Roma en 1990 en el que se presentó junto a José Carreras y Plácido Domingo. El director Ron Howard pone en evidencia pocas facetas del artista. Siempre representa a Pavarotti en su lado más positivo, alegre y filántropo. Los momentos tristes y dramáticos de su vida no tienen profundidad ni desarrollo y, en su mayoría, son pasados por alto, lo cual genera ciertos saltos narrativos poco fluidos. Cada vez que parece que se va a mostrar una nueva faceta hay un giro que vuelve a mostrar el costado optimista. Para concluir, el documental es muy emotivo y logra emocionar incluso a aquellos que no tienen conocimientos sobre el mundo de la ópera. Dos horas para disfrutar del talento de uno de los mejores cantante de ópera de la historia. ---> https://www.youtube.com/watch?v=CnPPrjwyLW8 GENERO: Documental . DIRECCION: Ron Howard . ORIGEN: Reino Unido. DURACION: 114 Minutos CALIFICACION: Apta para todo público con leyenda FECHA DE ESTRENO: 10 de Octubre de 2019 FORMATOS: 2D.
Texto publicado en edición impresa.
Pavarotti: La vida es un carnaval. El nuevo documental sobre Luciano Pavarotti, dirigido por Ron Howard, explora la ecléctica personalidad del tenor más conocido de la historia. Una voz sobresaliente, una capacidad para llegar a notas imposibles y una presencia en el escenario que nadie poseía. Eso fue Pavarotti, y más. Creció en una casa de 2 habitaciones cerca de Módena, y hasta la adolescencia quería ser arquero de fútbol o panadero de su padre. Jamás estudió en un conservatorio ni aprendió a leer música. Producido por el mismo equipo de otros musicales de Ron Howard como The Beatles: Eight days a week (2016) y Made in America (2013), Pavarotti (2019) muestra los logros del tenor más famoso, pero también sus sacrificios y batallas. El equipo de Ron Howard reunió valiosos testimonios que fueron desde Bono hasta Plácido Domingo, José Carreras o Zubin Mehta. Además, aparece Nicoletta Mantovani, la mujer 34 años menor que él con la que se casó en 2003, y tuvo una hija, Alice. Es ahí donde emerge una faceta desconocida por todos, la del mujeriego que nada tenía que ver con los 30 años de padre de familia del norte de Italia. Una de las hijas de su 1° matrimonio testifica que su padre “jamás planificaba nada en la vida”. Después de un breve relato de su infancia, se escucha al propio Pavarotti describiendo su amor a primera vista con, la que luego fue su primera esposa, Adua Veroni. Tuvieron 3 hijas. Y Adua le financió el comienzo de su carrera profesional en los ´60. La bondad, la generosidad y la compasión eran elementos básicos de la personalidad de Pavarotti, pero los cansadores viajes y la disciplina que debía llevar, fueron arruinando su familia. En el documental se cuentan algunos secretos de su personalidad como el pánico escénico que sólo sorteaba usando el pañuelo blanco a modo de amuleto. O las desorbitantes contribuciones a la caridad. En contraposición con los típicos cantantes de clásico, Pavarotti se conectaba mucho con su público. Tal es así que mucha gente lo conoció realmente cuando en 1995 grabó “Miss Sarajevo” con U2. En palabras de Bono: “La razón de su grandeza es que él vivía a través de sus canciones. Los errores que comete, las esperanzas, los deseos, todo finalmente se expresa en sus presentaciones en vivo”. Ron Howard es un director que ha llevado a ficción vidas de matemáticos (Una mente brillante, 2001), boxeadores (Cinderella man, 2005) y pilotos de autos (Rush: pasión y gloria, 2013). Pavarotti (2019) es el 3° documental musical que filma, después de Made in America (2013), sobre el rapero Jay-Z y The Beatles: Eight Days a Week-the Touring Years (2016). Ron Howard no entiende mucho de ópera, ni nunca vio actuar en vivo a Luciano Pavarotti, pero enseguida vio el potencial de la vida personal y profesional del tenor. En la película se enfoca en la historia de Pavarotti (1935 – 2007), desde su infancia hasta su fama mundial, y cómo su renombre fue alterado su vida privada. La película es respetuosa y está dirigida a un público que puede no estar familiarizado con la ópera. Se ven grabaciones caseras inéditas y entrevistas a familiares, amigos, colegas. No hay nada innovador en el documental, no es para nada incisivo en cuanto a su personalidad ni su carrera. Si nunca se vio nada del tenor, ésta es una buena oportunidad. Muy bien realizado no aburre en lo absoluto.
"Pavarotti", un retrato público y privado Pavarotti ríe. Pavarotti habla. Pavarotti ama. Pavarotti (desde luego) canta. El documental de Ron Howard recorre y desglosa vida y obra del tenor nacido en Módena, desde sus primeros pasos en el mundo operístico hasta su consagración como superestrella internacional, condimentando el núcleo hagiográfico con pinceladas de ligera oscuridad. En tanto homenaje a la figura del cantante lírico más famoso del mundo –junto a Enrico Caruso–, el mismo equipo de producción responsable de la reciente The Beatles: Eight Days a Week tira la casa por la ventana a la hora de ofrecer material de archivo, tanto el público y reconocido como el íntimo e inédito. Pero Pavarotti, a lo largo de casi dos horas, no sólo destaca las más que evidentes dotes vocales de su protagonista y sus logros artísticos a lo largo de los años, resumiendo una carrera que supo alejarse, por elección propia, de los claustros de la ópera para lanzarse a los escenarios de la música popular. También destaca los picos y mesetas de la vida privada, haciendo hincapié, en más de una ocasión, en el incomparable carisma del hombre a la hora de ser entrevistado o, simplemente, dar un apretón de manos. El mismo Howard, director de títulos como Apolo 13, Una mente brillantey El código Da Vinci, ha destacado en entrevistas periodísticas ese aspecto particular, describiendo un fugaz encuentro con el cantor en un evento promocional de los Globos de Oro, a comienzos de los años '80. Siguiendo la estructura tradicional de la cronología, las imágenes de un joven Luciano –en la playa, con su primera esposa y sus hijos; sobre el escenario, con ropajes y maquillaje a tono–, y la descripción de su crianza y entorno familiar le ceden el espacio al primer hito profesional: la presentación de La bohème en el teatro Romolo Valli de Reggio Emilia en 1961. A partir de allí, el documental avanza rápidamente en la enumeración de presentaciones alrededor del mundo hasta su consagración definitiva como excelso practicante de las artes del tenor, incluido un destacado segmento donde se describe su capacidad para llegar al do sobreagudo sin esfuerzo ni caer en el falsete, en varias ocasiones y en una misma velada. De allí, desde luego, su mote de “Rey del do de pecho”. Más allá de la técnica excelsa y las performances antológicas, tal vez la mayor virtud de la película sea la descripción, sin subrayados, de algunas de las contradicciones de su vida pública y privada. Aunque era un católico confeso, los amoríos fueron apilándose con el correr de los años y su último romance (y posterior casamiento) con una joven tres décadas más joven que él se transformó, previsiblemente, en un escándalo mediático. Por otro lado, la búsqueda de una masificación de la ópera lo llevó, primero, a la realización de los muy populares conciertos de Los Tres Tenores –junto a Plácido Domingo y José Carreras–, para poner luego en marcha una serie de recitales con fines caritativos junto a figuras del rock y el pop como Sting, Stevie Wonder y U2, un corrimiento al mainstream de la música popular que muchos amantes de la ópera nunca le perdonaron. Resulta extraña la ausencia de algún fragmento de Si, Giorgio, de Franklin J. Schaffner, su única actuación en un film de ficción, aunque su constante deseo por ser tratado como una vedette es referida por algunos excolaboradores. Sobre el final, dejando de lado ese inglés que el cantante nunca logró pulir del todo, las tiernas palabras en la lengua materna, dedicadas en video a su joven esposa, destacan al hombre detrás del mito. En ese mortal enamorado a los 70 años, el brillo de sus ojos señala, indisimulablemente, una edad interior mucho menor.
Donde yace el corazón Pavarotti (2019), interesante retrato a cargo de Ron Howard del famosísimo tenor italiano, comienza respetando los engranajes retóricos de los documentales en primera persona, en sintonía con Listen to Me Marlon (2015) de Stevan Riley, acerca del gran Marlon Brando, y Maria by Callas (2017) de Tom Volf, sobre la legendaria soprano griega Maria Callas, no obstante pronto se transforma en un trabajo expositivo más tradicional que ofrece una pluralidad de entrevistas e imágenes de archivo con vistas a construir una crónica de la vida de un hombre con una presencia escénica incomparable, sin duda el principal responsable de que el lenguaje operístico siga gozando de relativa buena salud a lo largo del globo de la mano de una popularidad que sólo se explica por el eterno derrotero artístico/ comercial/ benéfico de un señor que llegó al punto de constituirse en sinónimo de canto lírico masivo. Sinceramente el opus de Howard resulta muy prolijo y sensato, quien por cierto en materia de documentales musicales venía de entregar la excelente The Beatles: Eight Days a Week- The Touring Years (2016), acerca de la muy poco explorada faceta de “banda en vivo” del mítico cuarteto de Liverpool, aprovechando en especial los registros audiovisuales del período que va desde 1963 a 1966: aquí, de hecho, el realizador vuelve a unir fuerzas con el guionista de aquella, Mark Monroe, para regalarnos un estudio pormenorizado del ascenso al estrellato de Luciano Pavarotti desde su nacimiento y su entorno familiar en Módena, pasando por su debut profesional en 1961 y su progresiva consagración durante los 60 y 70, y finiquitando con la etapa más popular a escala internacional correspondiente a las tres décadas siguientes, esas que lo vieron abandonar implícitamente el ecosistema de la ópera. El film adquiere la forma de una carta de amor esplendorosa dirigida a un tenor con una voz, un carisma y una técnica celestiales, de esas que constituyen un tesoro de por sí cante lo que cante, por ello consiguió lucirse en coyunturas de neto corte colaborativo como Los Tres Tenores, aquel grupo vocal que integró junto a Plácido Domingo y José Carreras, y en contextos un tanto bizarros por conjunciones artísticas que generaban más tropiezos que recompensas, nos referimos por supuesto a Pavarotti & Friends, esa serie de conciertos que brindó con una enorme variedad de cantantes/ músicos del rock y el pop como por ejemplo Sting, Bob Geldof, Brian May, Mike Oldfield, Bryan Adams, Andrea Bocelli, Bono, Meat Loaf, Michael Bolton, Elton John, Sheryl Crow, Eric Clapton, Liza Minnelli, Joan Osborne, Stevie Wonder, Celine Dion, Jon Bon Jovi, Mariah Carey, Ricky Martin, B.B. King, Joe Cocker, Gloria Estefan, George Michael, Caetano Veloso, Deep Purple, Tom Jones, Maná, Barry White, James Brown, Grace Jones, Lou Reed, etc. La ópera, entendida dentro del clasicismo de la primera fase de su trayectoria, aparece como un oficio que reclama una amalgama de talento, configuración física y expresión actoral/ corporal pensada al dedillo. Lo más atractivo de Pavarotti, amén de terminar de confirmar que la obsesión del señor con los eventos de caridad se vincula a su amistad con Lady Di/ Diana de Gales, pasa por el enfoque honesto del documental en cuanto a las grandes pasiones del intérprete por fuera de la ópera, léase la comida, las mujeres y esa misma filantropía que a partir de la década del 90 sustituyó a la maquinaría capitalista que se montó a su alrededor en los 80 (basta con recordar la catarata de avisos publicitarios, merchandising, “presentaciones especiales” y registros discográficos redundantes de la época). También se agradecen los testimonios de las tres mujeres fundamentales, su primera esposa Adua Veroni, su amante Madelyn Renée, una soprano que conoce a fines de los 70, y su segunda cónyuge Nicoletta Mantovani, de la que lo separaba una generosa distancia en edad que derivó en ataques estúpidos por parte de la prensa sensacionalista. La película asimismo gana mucho por su doble carácter de proyecto mainstream y “oficial”, esquema que implica que el material de archivo -y sobre todo el audio- ha sido restaurado de manera genial, remarcando que lo mejor que nos puede pasar en nuestra vida es dedicarnos a lo que nos gusta y/ o reposar donde yace el corazón…
Ron Howard se inició como actor de cine y televisión para luego convertirse en director en a partir de 1977, logrando grandes éxitos desde los ochentas y hasta la actualidad. Un repaso pequeño de esta extensa carrera incluye Splash (1984), Cocoon (1985), Willow (1988), Apollo 13 (1995), A Beautiful Mind (2001), Frost/Nixon (2008) para nombras algunas, no necesariamente las mejores. Pero Ron Howard, al igual que otros colegas como Martin Scorsese, parece decidido a tener una carrera también el género documental musical. En el año 2016 entregó la genial The Beatles: Eight Days a Week- The Touring Years (2016) que contaba toda la época en la que el grupo realizaba actuaciones en vivo. En Pavarotti no hay mucho que explicar, se trata de una biografía de Luciano Pavarotti, cantante lírico, estrella de la música, uno de los tenores más famosos y prestigiosos del mundo. El film es un recorrido cronológico de su obra, su carrera, su vida personal y todo lo referido a él. Ron Howard cuenta con un presupuesto y un material a su disposición que le permite hacer un documental visualmente impactante, un lujo tan grande como una ficción. Con menos chances de taquilla pero mayor cercanía al personaje, el documental muestra el carisma arrebatador que tenía el cantante y muestra, incluso diríamos que prueba, los motivos por los cuales se convirtió en la figura que hoy todos conocemos. Moviliza y emociona, consiguiendo ser un homenaje y a la vez un relato didáctico sobre Luciano Pavarotti.
Hace más de una década fallecía Luciano Pavarotti, una ausencia que se ha hecho sentir no solo en el mundo de la ópera sino también en el del espectáculo. El famoso cantante había trascendido el universo lírico ya que su expansión comercial había alcanzado a públicos no acostumbrados al bel canto, fruto de su fusión con cantantes del rock y del pop. Muerto Pavarotti, se diluyó el éxito económico que obtuvo al conformar un trío junto a Plácido Domingo y José Carreras para un show en las Termas de Caracalla en 1990, con motivo del mundial de fútbol de Italia. El suceso fue tal que debieron repetirlo en numerosas oportunidades en las ciudades más importantes del planeta. Ningún tenor de la actualidad ha alcanzado el carisma, ni contado con una maquinaria de publicidad como la del intérprete nacido en Módena. Ron Howard retorna al documental después de su exitoso The Beatles: Eight Days a Week – The Touring Years (2016). Mediante fotos, imágenes de archivo, reportajes televisivos y videos caseros, el director de Rush: pasión y gloria (2012) recorre la infancia, el vínculo con su padre (cantante con el mismo registro vocal de Luciano), el matrimonio con Adua Veroni, la relación con sus tres hijas, el romance con una secretaria y el posterior casamiento con Nicoletta Mantovani. La Bohème, única ópera que cantó en la Argentina, fue su caballito de batalla. Con la ópera de Puccini debutó en Reggio Emilia en 1961, dos años más tarde en el Covent Garden y también en La Scala de Milán en 1965. Howard reproduce varias versiones en distintos escenarios de una de las obras más bellas del verismo. Otro hito en su carrera fue “Nessun Dorma” de Turandot (Puccini), única aria que se escucha en su totalidad en la versión que ofreció en el ya mencionado concierto de Caracalla. Tampoco faltan algunos de los ocho dos agudos de La fille du régimen de Donizetti, ópera que cantó junto a Joan Sutherland, quien lo llevó a Australia en una famosa gira en 1963 impulsando su carrera. Pavarotti se muestra cariñoso con su familia, afable con el público y sonriente en las entrevistas. Siempre rodeado por una corte que lo acompañaba, ya sean periodistas, parientes o compañeros de trabajo, ya que nunca le gustaba estar solo. Su vínculo con Lady D lo acercó a las obras de caridad, mostrando otra faceta distintiva de su gran personalidad. Entre sus placeres, la gastronomía ocupaba un lugar destacado, especialmente las pastas que cocinaba él mismo. Entre los temores, el pánico escénico ante cada actuación y la postura de sus manos en los recitales. Pavarotti, es un hermoso homenaje a una voz inigualable, a un hombre que se brindó generosamente a su público, enalteció la música clásica y difundió como ningún otro el arte lírico. Valoración: Muy buena.
Cuando Luciano Pavarotti, Plácido Domingo y José Carreras se presentaron ante el público al finalizar la ceremonia de la Copa del Mundo de 1990, la ópera pareció hacerse más amigable para aquellos que todavía no la apreciaban. Y precisamente esa fue una de las virtudes de Pavarotti a lo largo de su carrera, acercar al espectador común al mundo de la ópera que se entregó totalmente ante una personalidad exuberante y alegre, sumada a una voz única. El documental de Ron Howard es un filme tradicional, para todo público, rodado con el consentimiento de la familia del tenor, que permite escuchar la voz del maestro ("Nessun Dorma", de Turandot, es uno de los incunables de al cinta), enterarse de su rica vida artística y amorosa y acompañarlo en su recorrido musical por el mundo, del que se despidió en 2007. Atrás quedaban desde austeras giras de conciertos en los comienzos, hasta presentaciones en el Hyde Park, con 125 mil espectadores, o exclusivas actuaciones en el Castillo de Leeds (donde vivió Catalina de Aragón). Hijo de un panadero de Módena, cantante de coro, Pavarotti tuvo formación musical. Fue apoyado por figuras de la lírica internacional por su increíble voz y su personalidad extravertida y bulliciosa, y recorrió con éxito los teatros del mundo (la película comienza en el exótico Amazonas de Manaos, construido a fines del XIX en época de auge de la explotación del caucho). BUENA VIDA El filme lo sigue en sus presentaciones, permite conocer a hacedores de su fama como el mítico promotor Harvey Goldsmith, o Herbert Breslin, que lo alentó a aparecer en conciertos en los Estados Unidos para que todos pudieran escucharlo en vivo, estimulando la venta de disco de manera millonaria. También aparecen críticos (Clive James), su amiga la princesa Diana y representantes de su vida privada como sus dos esposas, alguna de sus amantes famosas y sus cuatro hijas, sumados a Bono y variadas personalidades que lo acompañaron de una manera u otra, sin olvidar la generosidad de sus concierto benéficos. Viejas películas familiares en su luna de miel, pobre y feliz con Adua Veroni, su esposa por 39 años; fotos de infancia, suerte de rey niño con una madre atenta seguida de una corte de tías y abuelas. Un caleidoscopio de acontecimientos, con "Traviata", "Tosca", "La Boheme" de fondo; un Pavarotti desplazándose con no menos de 40 valijas en sus giras internacionales y cocinando la pasta en los mejores hoteles. Cálida y simple, con la mejor música, la mejor voz y un recuerdo para siempre.
En la última década, después de una longeva y aún activa carrera, Ron Howard dirigió sus primeros documentales. Primero fue un festival del rapero Jay-Z en 2013, siguió con un compilado de los conciertos de los Beatles entre 1963 y 1966, y en esta ocasión aborda un género aún más tradicional. ‘Pavarotti’ explora la vida personal y profesional del tenor italiano a partir de archivos audiovisuales en fílmico, entrevistas contemporáneas a sus allegados y registros periodísticos de medios gráficos de distintas épocas. La película comienza con la vez que Luciano Pavarotti visitó la Jungla del Amazonas a mediados de la década pasada, pero desde ahí los eventos son relatados mayormente en sentido cronológico. Howard se ocupa de distinguir cómo se vuelve figura pública con su primer éxito en la Ópera Estatal de Viena el 23 de febrero de 1963, cuándo se convierte en celebridad mundial desde que su promotor Harvey Goldsmith quedó fuera de un convenio con Bruce Springsteen en 1984, y hasta su vínculo con otros artistas: Bono, Sting y, por supuesto, los españoles José Carreras y Plácido Domingo, con quienes conformó el grupo vocal de Los Tres Tenores.
PAVAROTTI. Semblanza de un artista que supo aprovechar su talento para, hacia el final de su carrera, ayudar a los demás. Una película que hace honor al personaje que dibuja, entreteniendo y propagando información.
Ron Howard (Una mente brillante, Rush: pasión y gloria) presenta Pavarotti, un documental centrado en la figura del famoso tenor Luciano Pavarotti. La figura de Pavarotti resplandece en todos los aspectos de la música y no sólo en la ópera. Su postura e impronta no sólo se lograba gracias a la increíble voz que tenía sino a todo el universo que fue creado alrededor de él. El documental de Ron Howard da detalles de la vida de Luciano Pavarotti desde su intimidad en la familia, pasando por su gran éxito como «rockstar» de la ópera, hasta lo que implicaba tener la responsabilidad de la voz y el alcance de su palabra. El trabajo del director es más bien mecánico y no hay mucho que añada a la ya interesante vida que llevó Pavarotti. Se puede ver material de archivo, entrevistas que muestran no sólo su lado más picaresco sino también su pensamiento más profundo. También quién mejor para contar su historia que salga de su propia vivencia. También hay testimonios de famosos que lo conocieron, pero lo más interesante del documental son las palabras de las mujeres que lo rodearon. Los amores de su vida: sus hijas y sus dos esposas Adua Veroni y Nicoletta Mantovani. Mujeres que vieron el éxito de un hombre que llevaba una carga en cada decisión que tomaba. Pavarotti de Ron Howard se sostiene gracias a la figura de su protagonista. Nadie podrá decir que la voz del tenor no resuena todavía en nuestras mentes después de ver este trabajo. Pavarotti de Ron Howard es un buen documental, ya sea para aquellos conocedores de la obra, para los que quieren saber un poco más sobre él y, finalmente, para los que se sientan ajenos a la ópera, encontrarán la historia de un hombre común pero dotado de un don.
En plenos ´80, “Splash” “Cocoon” y “Todo en la familia” marcaban nuevos éxitos dentro de la comedia americana de la época. ¿Qué tienen en común? Su director Ron Howard, quien fue mostrando su creatividad atravesando diversidad de géneros durante toda su trayectoria. Es así como pasó por el cine de aventuras con “Willow, en la tierra del encanto” o la reciente “Han Solo”, suspenso con “El Código Da Vinci” “Ángeles y Demonios” o “El Rescate” y un cine más cercano al drama con “Llamarada” (otro de los grandes éxitos en los ´90), “Un horizonte lejano” o “Frost-Nixon”. También ha encarado proyectos biográficos entre los que podemos nombrar las reconocidas “Una mente brillante” y “El Luchador – Cinderella Man” junto a Rusell Crowe o “Rush”, títulos que se encuentran dentro de su faceta como director más ligados al cine documental, del que poco se conocía en nuestra cartelera. Luego de haber filmado “Made in America” con la figura del ícono del hip-hop Jay Z y “Eight days a Week” donde aborda material sobre los más de 250 conciertos que los Beatles habían hecho entre 1963 y 1966, llega a las carteleras el tercer proyecto documental para cine de Howard: “PAVAROTTI”, una aventura biográfica sobre el tenor más conocido y amado de la historia. Apelando a una estructura simple y por momentos esquemática, con lo más tradicional del género documental, Howard cuenta desde esa infancia en una casa humilde cerca de Módena –y la figura de su madre como impulsora fundamental dentro de su carrera-, hasta la adolescencia en donde por la situación económica de sus padres jamás tuvo la posibilidad de estudiar música ni asistir a ningún tipo de conservatorio, Luciano Pavarotti ha llegado a ser el tenor más famoso a nivel mundial con una historia en sus espaldas de lucha personal y talento innato. Gracias a una gran cantidad de archivos –en muchos casos doblemente atractivos por tratarse de archivos inéditos-, aún para quienes no pertenezcan al mundo de la ópera, Ron Howard se las ingenia para urdir un documental en el que la vida de Pavarotti se narra más como una biopic que como un documental en sí mismo. A través de los diversos testimonios (que van desde los testimonios de su vida más personal con anécdotas narradas por sus hijas hasta lo más profesional como las entrevistas con Plácido Domingo, José Carreras o Bono junto a tantos otros colegas y personalidades del mundo de la música-) y el material compilado, como espectadores, podemos seguir la historia de este tenor inolvidable aún sin ser grandes conocedores del tema. Disfrutar, no solamente de su música y de su incomparable talento a nivel vocal, llegando a notas que son completamente imposibles para otros intérpretes, sino que también el documental poner su mirada en el relato de una vida de lucha y la construcción de una figura carismática que ha sabido bregar para que la ópera, como arte, tuviese un lugar privilegiado en el mundo y con su excepcional generosidad ha apoyado a varias causas humanitarias que han sido sumamente valiosas. Tal como suele suceder en algunos retratos tanto documentales como ficcionales que se han filmado en este último tiempo sobre las estrellas de la canción en diversos géneros (quizás el que más se le aproxime a este trabajo de Howard sea “María Callas: en sus propias palabras” de Tom Wolf), la admiración y el respeto por el ídolo o por lo que ha significado su aporte en la historia de la música es tan grande, que muchas veces se pierde objetividad en la mirada. En cuanto a los trabajos de ficción eso suele ser más aceptado como cuando en el ámbito de la literatura se apela a la novela histórica echando mano a ciertas licencias, pero en cuanto al rubro documental, como espectadores a veces esperamos que la figura del artista pueda incluir también algunas de las aristas más controvertidas del personaje. Ron Howard, como director, se anima a plantear en el último tramo del trabajo, la faceta más controvertida de la vida pública del cantante, cuando en una sociedad profundamente religiosa, plantea un divorcio a su matrimonio de más de 30 años de matrimonio feliz, para comenzar una relación con Nicoletta, una mujer mucho menor que él (más de 30 años de diferencia de edad) con la que contrajo matrimonio en 2003. Su relación con Nicoletta atravesó todo el pequeño ataque mediático y la fractura que produjo en el seno familiar y superó muchísimos de los escollos que se le fueron presentando cuando apareció la enfermedad de Luciano y esperaban sus mellizos con un embarazo de alto riesgo para ella. Junto con Nicoletta comienza un costado sumamente popular en la carrera de Pavarotti en donde pareciera haber querido acercar a cierto público para el que parecía inaccesible un mundo tan amado para él como el de la ópera. Fue así que después del enorme éxito con “Los Tres Tenores” a pesar de las críticas recibidas por sus colegas o periodistas especializados, trató de llegar a todos los públicos con sus recitales como “Pavarotti and Friends” en donde logró convertirse en un éxito tan grande como el que sólo tenían las estrellas pop. Un retrato que mantiene el interés durante sus casi dos horas de duración y que refleja la admiración de un director y del público que ha seguido a Pavarotti durante su extensa trayectoria y en donde ha dado vida a canciones y arias de óperas que ha inmortalizado y popularizado de una manera única.