Con el auge mundial de la exhibición de documentales, en noviembre de 2010 le tocó el turno a ésta realización alemana dentro del ciclo denominado El Documental del Mes que consiste, como ya se informara, en estrenar en forma simultánea una obra del género documental el primer jueves de cada mes en ciudades de España, Chile, Uruguay y la Argentina, a las que próximamente se agregarán otras de Irlanda y Portugal.
La obra que se comenta es la cuarta del cineasta polaco Bertram Verhaag, quien además dirigió y escribió conjuntamente a Claus Striegel casi un centenar de otras producciones para cine y televisión con la empresa de ambos, Denkmail-Film.
Nos muestra esta vez a la fábrica de agujas hipodérmicas Vita-Needle ubicada en la ciudad de Boston. Allí los empleados tienen una edad promedio de 74 años, sólo uno tiene 42 años, todos los demás superan los 60.
Se ven, a lo largo de la proyección, testimonios del dueño del establecimiento, Frederik Hartmann y también de Mary, Marion, Paul, Tom, Ann y Rosa que trabajan en horarios y días que ellos determinaron cuando ingresaron a la planta laboral, y tienen la facultad de poder abandonar su puesto ante situaciones de problemas familiares, cursos o actividades extralaborales.
Los entrevistados, de los cuales el menor tiene 62 años, comentan sus motivaciones para proseguir en actividad productiva cuando ya transitan “la tercera edad”,.y su jefe revela que se siente más confiado en tener empleados con edades “avanzadas”.
Todo el desarrollo de esta obra tiene agilidad y luce una excelente factura técnica que pone en evidencia la solvencia profesional de Verhaag, con una trayectoria de 34 años especializándose en documentales.
Puede encontrar el espectador una pequeñísima dispersión argumental, porque no puede considerarse una subtrama, en el testimonio de dos empleados que conforman un matrimonio con muchísimos años de unión y que cuentan cómo se conocieron, pero el cineasta retomó rápidamente la línea de la trama al mostrar, en ellos, el estado de felicidad de personas de avanzada edad que es el soporte de toda la narración.
Una obra cinematográfica que despierta curiosidad y simpatía. En la mayoría de los países, incluidos los del “primer mundo”, los ancianos representan un problema social. Aquí se ve que en Vita-Needle fueron “los viejos” quienes encontraron la solución al aprovechar la oportunidad de reinsertarse en la actividad laboral, y reotorgarle un sentido a sus vidas al poder dejar atrás etapas de aburrimiento, de desconcierto, de vacío espiritual y hasta de escasez de recursos económicos.
Quizá hubiera sido interesante que el dueño de la empresa contara de qué manera maneja la rentabilidad y cuánto paga a sus empleados, ya que manifiesta que con ellos las ventas aumentaron un 100 %. Serían nada más que datos informativos, pero que hubieran completado la visión de los beneficios, más allá de los espirituales, de poder seguir en actividad después de la jubilación.