Perfectos Desconocidos: La amistad en tiempos de Whatsapp.
Alex de la Iglesia. Solamente este nombre es marca registrada de calidad. Y, una vez más, nos entrega una fábula sobre la miseria humana; esta vez, en tiempos donde la tecnología nos invade por todas partes.
“En la amistad y en el amor se es más feliz con la ignorancia que con el saber”
William Shakespeare
La intimidad, ese bonito y preciado tesoro. Nunca antes estuvimos tan expuestos como en esta época tecnológica: Facebook, Twitter, Instagram, Whatsapp. Redes sociales que nos “insociabilizan” constantemente. Acercándonos a personas que no conocemos y alejándonos de las que tenemos al lado.
Una cena de amigos cualquiera puede ser el detonante de las miserias humanas, así como las cenas familiares porque, ¿que son los amigos sino la familia que cada uno elige?
Alex de la Iglesia logra, una vez más, reflejar el comportamiento humano mediante una fábula que refleja lo primitivo que puede ser el humano en la era donde la tecnolo´gia evoluciona pero no así las personas.
Perfectos Desconocidos es la remake del filme italiano homónimo del 2016. No voy a contar la premisa de aquella película ni compararla ya que el “esqueleto” es el mismo pero hay varias diferencias con la versión original, pero tampoco me compete analizar esa y sí ésta: siete amigos, tres parejas. Ellos se reúnen como habitualmente hacen en una cena. Con el marco de la “Luna de Sangre”, un eclipse lunar que pocas veces tenemos la oportunidad de apreciar, se da este meeting en el que un “inocente” juego librará la Caja de Pandora con destino incierto hacia los comensales.
La cámara inquieta de de la Iglesia nos sumerge como espectadores voyeour de esta fatídica noche, donde los mensajes de los teléfonos celulares van cobrando dramática importancia a medida que avanza la trama; sin embargo el contexto del filme es una comedia, porque no podemos dejar de reírnos (quizás de forma incómoda porque nos reflejamos en algún personaje) de lo absurdo de las excusas, los diálogos, las tretas que cada uno debe decir o hacer para no ser descubierto. No hay un momento en el que no haya una carcajada nerviosa, o cómplice, porque estamos ante seres humanos con los que nos rodeamos día a día. Amigos, parientes.
Perfectos Desconocidos logra enmarcar la acción con ese toque místico que el director español le imprime a sus obras, esta vez, la tan mentada “Luna de Sangre”, que según los antiguos volvía salvaje a las personas. Pura superstición irónica, ya que las propias acciones de los personajes del filme son las que traen consecuencias reales y nefastas a sus vínculos.
Quizás Perfectos Desconocidos no sea la mejor película de Alex de la Iglesia, pero de seguro que es un retrato exacto a la relaciones interpersonales de hoy en día, atravesadas por la tecnología y las redes sociales tan drásticamente que, un simple mensaje de Whatsapp, puede destruir al matrimonio mejor consolidado.