En tiempos donde reina la hiperconectividad, cada propietario de un teléfono celular puede esconder un verdadero universo detrás de su pantalla, oculto incluso para sus seres más cercanos. Tal es la premisa de la nueva película de Álex de la Iglesia, que si bien es una remake del éxito de taquilla italiano del año pasado -dirigido por Paolo Genovese-, aquella pulsión que tiene el bilbaíno por agrupar personas capaces cometer las peores bajezas unos a otros la hace parecer una concepción cien por ciento suya.