Un grupo de seres encerrados en una situación desesperante que los impulsa a mostrar su verdadero rostro. Con ese esquema, el formidable Álex de la Iglesia nos ha brindado terribles y divertidísimos grotescos, y ahora nos regala una comedia (en el fondo) burguesa: su versión española de "Perfetti sconosciuti", la película de Paolo Genovese que fue éxito en medio mundo, inclusive en Argentina.
La recordará el lector: en una cena entre amigos de toda la vida alguien propone dejar los celulares sobre la mesa, para confirmar o desmentir aquello de "contigo no hay secretos". Recordará también que era una obra un poquito ácida. Cabe imaginar entonces el grado de acidez que puede alcanzar en manos españolas. Pero de la Iglesia no abusa. Pinta a los suyos con la franqueza habitual, pero esta vez sin los trazos gruesos habituales, porque así lo pide la obra.
Por lo demás, en muchos aspectos su remake es mejor que la original. Adaptación, intérpretes, cámara, puesta en escena y un agregado, un fenómeno natural que amenaza con volverse una señal profética, tales son los puntos a favor. En lo alto, Belén Rueda, Pepón Nieto y Eduard Fernández, que en una parte llega a emocionarnos. También Ernesto Alterio. Para rematar, el final está un poquito mejorado, aunque quizá daba para más. Pero es un buen final, máxime teniendo en cuenta las situaciones extremas que viven los personajes. En síntesis, más que una remake, una de Alex de la Iglesia.