La llegada de los hijos, en ciertos casos, implosiona el cariño que una pareja se tiene y la encamina por una senda que eventualmente puede terminar en la separación. Entonces, ¿cómo se hace para tener hijos sin que la crianza del mismo perjudique el amor mutuo?. En su debut como directora Jennifer Westfeldt, quien también escribió el guión y protagoniza Plan Perfecto, busca contestar dicha pregunta. Lo hace de una forma poco ortodoxa, sin embargo, lo que empieza como una apuesta atípica se va tornando en un drama predecible, más allá de que en resumidas cuentas explore un territorio poco conocido para las comedias dramáticas.
Desde las primeras escenas, el ojo de Westfeldt para el humor se puede identificar claramente. Además de un guión fresco y revitalizante, las charlas entre el grupo de amigos se notan realistas en boca de un elenco con buen timing para la comedia, con el cuarteto de Kristen Wiig, Maya Rudolph, Chris O'Dowd y Jon Hamm (juntos en la exitosa Bridesmaids) como soporte de los personajes de Adam Scott y la propia realizadora. Estos dos, amigos desde tiempos inmemoriales, son los que conciben la idea de un plan perfecto: tener un hijo, compartir la custodia y seguir buscando a su media naranja. Como siempre, nada puede ser pensado hasta el último detalle, y ver cómo va evolucionando la trama es parte del encanto de Friends with Kids.
Durante los primeros 45 minutos, la comedia parece funcionar de maravillas, reinan los momentos con gracia bien acertados. Eventualmente el proyecto común se empieza a desmoronar cuando los conocidos empiecen a ver con celos que una pareja de amigos lleve tan bien la crianza de un hijo cuando ellos a duras penas pueden con uno, y mucho menos dos, además del obvio lugar común de los sentimientos hacia el otro que florecen.
El peso de la trama está muy bien contenido por Scott y Westfeldt, quienes tienen una relación de amistad muy cercana que se siente verídica. El resto del elenco gira en torno a ellos dos, aunque se sienta un poco de culpa al ver a la excelente Kristen Wiig un poco desaprovechada.
Con el correr del metraje, lo que parecía ser una historia poco habitual termina girando en los mismos círculos que todas las comedias románticas/dramáticas. Si bien el interesante tópico daba para un poco más, el ritmo se desacelera con el pasar de los minutos para terminar de la manera más convencional posible; no hay un atisbo de ingenio para reformular la trama, sino el mismo final feliz de siempre.
Friends with Kids es una comedia sofisticada y encantadora, que seguro encontrará su platea preferencial en una audiencia más madura que la de costumbre, en especial, aquellas que tienen hijos o planean hacerlo en el futuro. Buen guión, buenas actuaciones, buena dirección. Buen intento.