Este ultimo film de Corneliu Porumbiu es una excelente comedia negra, con un manejo maravilloso de la ironía y una descripción exhaustiva en tiempo real, de la cotidianeidad tanto privada como pública.
Elplanteo desde el inicio, es el dilema ético de un joven policía llamado Cristi, quien, en su recorrido habitual por las calles de Rumania descubre a un estudiante fumando marihuana. Hecho que comunica a su jefe, generando a posteriori, un juego dialéctico entre saber, deseo y poder. Saber concentrado en un diccionario, deseo del policía, de intentar ser fiel a su conciencia y, poder representado por la figura de su superior y de un procurador (pasivo) los cuales quieren investigue, sobre quién le provee la droga, con quién la comparte y de este modo, desbaratar así el "tráfico".
Pero el protagonista está convencido de que se trata de un muchacho común y corriente, y va postergando el caso todo lo que puede, para no tener que detenerlo por una simple tenencia, delito que en Rumania tiene un mínimo de tres años y medio de prisión, a diferencia de los países del resto de Europa.
La gramática será el pretexto utilizado, para hacer que se cumpla la ley, del caduco sistema al que pertenece. Mediado por un inteligente diálogo, doble pretexto, con el cual dará cuenta, de una Rumania represiva, que todabía vive con la carga de un pasado alimentado por el miedo.
Corneliu Porumboiu, exponente del nuevo cine rumano surge como un director reconocido, a partir de la satírica Bucarest 12:08 donde la discusión, que se entabla en dicha oportunidad, gira alrededor, de si ese día la gente del pueblo fue a protestar a la plaza antes o después de la caída del régimen comunista. Porque si alguien efectivamente estuvo protestando en la plaza antes de las 12:08 significaba que hubo revolución popular... pero si todo el mundo fue a la plaza después de las 12:08 entonces no la hubo, con la síntesis de que, “Cada uno en última instancia hace la revolución que puede…” Film donde también se destaca la construcción de los diálogos y un humor agudo basado en una excelente actuación, con el que obtuvo la Cámara de Oro (distinción a la mejor ópera prima) de la edición 2006, dentro de la Quincena de Realizadores, muestra paralela del Festival de Cannes. Con Policía, adjetivo, fue uno de los premiados en la sección oficial de un Certain Régard de Cannes 2009.
A Porumboiu le interesa ahondar sobre los problemas de conciencia, adoptando la estrategia de escuchar todas las voces, o sea todos los puntos de vista sobre un mismo acontecimiento, para que el espectador construya a través de las imágenes, y fundamentalmente del discurso que las sostienen, su propia versión &“verdad” sobre los hechos. Por eso filma la cotidianeidad del policía (los diálogos con sus compañeros de trabajo y con su esposa) y su obsesivo seguimiento del caso.
El film tiene una puesta en escena precisa y, un humor con varias instancias de lectura que utiliza tanto la ironía como la parodia. Pero la instancia de mayor relevancia es la habilidad con que arma y desarma el relato de este gran film construido en parte por palabras, y por una tensión irónica y aguda, que recae en la función, de la semántica y la pragmática.
Hay dos escenas imperdibles que se entrelazan finalmente. Cuando su mujer Anca está en la computadora escuchando una canción de Angela Smilea, que habla del amor, del no abandono y "de qué sería la vida sin ti…." Él está comiendo y no entiende el sentido de la misma y la mujer le explica, que es una anáfora o sea una figura retórica. Luego en la penúltima escena, (la historia del análisis de la situación a través de la lectura de un diccionario). Porumboiu muestra la maravillosa capacidad de reírse del propio tiempo de la escena, y a la vez de momentos extraños que surgen entre los protagonistas; así hace surgir el sarcasmo por ejemplo con la canción que ha tenido que escuchar entera dos veces el protagonista, donde éste se ríe de la letra que tenía, y empieza a hacerse preguntas existenciales en tono de burla, que apuntan a subrayar: hasta donde se es posible ser el dueño de nuestra propia existencia y de nuestra genuina forma de pensar. Lo que se podría sintetizar, hasta donde somos dueños, de nuestro supuesto “libre albedrío”.
Un juego paródico entre las reglas y principios que rigen y regulan el uso de una lengua, y aquellas reglas y principios que rigen a una sociedad y que se arrogan el poder, de absolver o condenar injustamente.
Uno de los films más inteligentes del año!