Ya se ha usado en el cine, aunque no por ello deja de ser atractivo, el recurso de contar una historia que a su vez cuenta cómo se crea una trama , lo que abre un amplio espectro en el que el espectador puede buscar identificación en lo “real”, en la “ficción”, o en ambos.
Sucede en esta película que la directora al contar la historia en dos planos ficcionales simultáneos y casi contemporáneos mediante un montaje un tanto complicado, obliga al espectador a atar cabos para que nada quede suelto en su propio relato, quizá eso sea lo que buscó, pero le sumó el uso y abuso del ya para nada novedoso recurso de una temblorosa cámara en mano que termina por marear. Ese montaje y esa cámara en mano logran, en conjunto, que el espectador pierda la atención, comience a moverse en su butaca y sólo se tranquiliza cuando la cámara también lo hace, pero ya se ha perdido el contenido de algunas escenas.
De todas maneras el mundo mafioso está plasmado con la misma proyección que le dan los diarios y la televisión de la Argentina por lo que la platea puede retomar rápidamente las historias con la ayuda de las escenas en las que el personaje del guionista arma la trama de su ficción porque las situaciones no son complejas.
La vestuarista Celestial Brizuela dio el toque exacto para remarcar el perfil de cada personaje, a lo que se le suma el maquillaje FX de Cez Navotka que logra, afortunadamente, incrementar la expresión actoral en algunas escenas.
Un elenco teatral
El espectador puede identificar rápidamente a los personajes de esta película porque en el guión están bien perfilados cinematográficamente aunque están actuados de manera teatral, quizá porque para componerlos la mayoría de los actores no ha podido dejar de lado su trayectoria en el teatro independiente argentino donde muchas veces el actor se sobrepone al director.
Se destaca, por tener una composición netamente cinematográfica, la labor del actor Chang Sun Kim, que incluso logró ganar el Premio al Mejor Actor en el Festival de Mar del Plata 2010 con esta película.
Conclusión y programación de proyecciones
La película Pompeya de Tamae Garateguy puede encasillarse dentro de lo inusual y el público de ese género quedará satisfecho al encontrar un limitado suspenso y una pequeñísima y justa medida de gore. El público general, que busca entretenerse, lo logrará con las escenas de acción.
Este filme se proyecta en el cine Gaumont (Av. Rivadavia 1635) y los viernes y sábados de julio a las 20, en el Microcine de Malba (Av. Figueroa Alcorta 3415). Tiene una duración de 102 minutos y está calificada para mayores de 16 años.