Porfirio

Crítica de Rodolfo Bella - La Capital

La oscura esperanza

Porfirio es pobre, paralítico y fue estafado dos veces. No le quedó más que el sexo. Y una idea. Disparatada, de esas que podría tener quien no tiene nada que perder. El director Alejandro Landes no le ahorra nada al espectador para mostrar la precariedad en la que vive el personaje. Y sin embargo, allí está buena parte del mérito de este filme basado en la realidad, la de un hombre humilde que quedó postrado luego de recibir un disparo en la espalda.
Por esa razón entabló una demanda al Estado colombiano. Como el caso no avanzaba, consiguió dos granadas, subió a un avión y al llegar a Bogotá exigió hablar con el Presidente para reclamar su indemnización. Tras la negociación, le prometieron 100 millones de pesos. Nunca se los dieron, y lo condenaron a prisión domiciliaria por poner en riesgo la vida de los cien pasajeros del avión. Landes, radicado en Miami, se mete como un intruso en la casa de Porfirio y en su vida, y muestra desde cómo se resuelven problemas cotidianos como la higiene personal, el sexo (explícito) hasta los tiempos muertos de su vida, con lo cual, además, logra poner en primer plano la impotencia, y también la esperanza, ante la injusticia.