¿Estaremos un poco más cerca de otorgarle al bombardeo a Plaza de Mayo el lugar que merece en nuestra memoria colectiva? ¿Seremos capaces de analizar con perspectiva histórica el ataque aéreo que contraalmirante Samuel Toranzo Calderón comandó contra el gobierno de Juan Domingo Perón? ¿Podremos relacionar aquella masacre con otros crímenes que las Fuerzas Armadas de nuestro país (y de otros países) cometieron contra la población civil? Desde que se presentó en el 32° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, Proyecto 55 de Miguel Colombo integra la selección de películas nacionales que parecen contestar estas preguntas con un Sí esperanzador.
Una pesadilla recurrente fue la musa inspiradora de este documental con marcada impronta subjetiva. La narración en primera persona del singular, la evocación del testimonio de abuelos sobre la guerra y la resistencia antifascista, referencias a una flamante paternidad se cuelan en esta aproximación a la violencia que los militares ejercen contra la ciudadanía en nombre de alguna entelequia. Porque la descubrió un poco por casualidad, Colombo le presta especial atención a la matanza que aviones del Ejército argentino perpetraron el 16 de junio de 1955 en las inmediaciones de la Casa Rosada.
Fiel al origen onírico de su ensayo, el realizador porteño trabaja con sustratos de distinta índole: desde la recreación de los sueños que lo persiguen hasta la filmación del proceso creativo de una obra sonora que reconstruye nuestro pasado reciente. Entre uno y otro extremo circulan fotos de un álbum familiar, registros de destrozos causados por aviones bombarderos, imágenes de mapuches capturados durante la eufemísitica Conquista del Desierto, planos generales del Parque de la Memoria y de la reconstrucción del retrato de Pablo Míguez sobre el Río de la Plata, entrevistas al autor de Bombas sobre Buenos Aires, Daniel Cichero, y a dos testigos del ataque a Plaza de Mayo (uno de ellos, el artista y sociólogo Roberto Jacoby).
Colombo exhibe fotos y filmaciones del bombardeo antiperonista que la mayoría de los argentinos desconoce. La calidad del material sorprende tanto como la intervención de una mano negra en una de las cintas enlatadas. Acaso éste sea uno de los momentos más originales y reveladores de Proyecto 55.
Asimismo cabe destacar el registro audiovisual de un piloto estadounidense que describe y celebra un exitoso ataque con napalm sobre poblaciones del Vietcong, y la lectura del extracto de un manual militar sobre el daño psicológico que los ataques aéreos causan en los civiles. Uno y otro material parecen ilustrar la banalidad del mal que Hannah Arendt describió su libro Eichmann en Jerusalén.
Como Leandro Tartaglia y Maximiliano Bellmann con su recorrido auditivo a bordo de la línea de colectivos 64, Colombo también explota la arista sonora del tema que aborda. De esta manera el realizador recrea sus pesadillas hasta convertirlas progresivamente en un contundente alegato contra la desmemoria y el consecuente riesgo de avalar nuevas masacres en nombre de la Democracia, la Paz, la Libertad.