Lo único que queda del film original es el título
Los que recuerdan el film original con Keanu Reeves, Patrick Swayze, Gary Busey y Lori Petty dirigido por Kathryn Bigelow, deberían esperar a indignarse cuando pesquen esta remake haciendo zapping en el cable. Salvo que les haga bien indignarse terriblemente peor luego de pagar la entrada para autoflagelarse en 3D con una remake que no sólo nadie necesitaba, sino que directamente no tiene razón de ser, dado que distorsiona la idea original hasta el límite del sabotaje
Por otro lado, aquellos que no tengan idea de que esto es una remake de una muy buena película, merecen estar sobre aviso de que en medio de las incesantes escenas de deportes extremos de todo tipo y calibre, en algún momento podrían sentirse perturbados por la aparición de una especie de trama policial.
El prólogo muestra a un tipo que, por hacer estupideces motoqueras en precipicios, vio morir un amigo. No se sabe qué efecto podría tener este episodio traumático para que el tipo se inserte en el FBI, ni mucho menos para que los federales lo acepten. Dado que el hombre del FBI ya está familiarizado con las prácticas supuestamente deportivas de los chicos malos (prácticas que no conjugan con eso de "mens san in corpore sano"), ya desde el arranque el argumento pierde todo el interés que provocaba el esforzado trabajo del agente por aprender surf, no sólo como actividad, sino como estilo de vida, para poder ser aceptado por la tribu criminal en la que necesita infiltrarse.
La premisa de film original está tan arruinada que no se entiende el interés en ponerle el mismo título. No siendo "Casablanca" ni "Lo que el viento se llevó, sino apenas un film de culto con dos actores no precisamente prestigiosos pero que ayudaron a un buen rendimiento en la taquilla, la verdad es que los productores aunque sea podrían haberse ahorrado el puñado de dólares de los derechos de autor, y poner una pizca de energía neuronal para idear otro título.
Es que durante más de media película, el asunto enfatiza tanto las prácticas "extremas" de los malos y su nuevo y traicionero amigo del FBI, que el asunto delictivo queda totalmente desdibujado. Por suerte hacia el final el director y tambien director de fotografía Ericson Core baja a tierra a los parapentistas en una contundente escena violenta digna de la película original. A partir de ese momento, nada es tan flojo como antes, pero tampoco logra mejorar el conjunto, ni siquiera para poder recomendarlo como placer culposo.
El villano surfer Edgar Ramirez le va dando algún brillo a su personaje, e incluso por su nacionalidad el guión lo lleva a Venezuela....sin animarse a desarrollar el asunto en serio. En cambio el nuevo Utah, o sea el personaje que hacia Keanu Reeves, es un desabrido e inverosímil Luke Bracey, y si bien Delroy Lindo aporta una sólida actuación como hombre sabio del FBI, al que se extraña en serio es a Gary Busey.