En un año con varias interesantes comedias llegó Quiero Matar a mi Jefe, una película que por su muy buena recepción en los Estados Unidos y su excelente cast de actores se había ganado un lugar más que interesante para lo que restaba del año.
Como bien lo indica su nombre Quiero Matar a mi Jefe narra la historia de Nick, Kurt y Dale que cansados de los abusos de sus patrones y con la ayuda de un ex convicto deciden poner en marcha un ¿astuto? plan que quiere terminar con la vida de estos. Obviamente que nada saldrá como lo planeado, poniendo en aprietos al trío de amigos.
Jason Bateman, Charlie Day y Jason Sudeikis interpretando a los amigos protagonistas, Jennifer Aniston, Colin Farrell y Kevin Spacey a los enfermos jefes y Jamie Foxx como el delincuente recién salido de prisión eran un elenco más que rico para que Seth Gordon hiciera una comedia inolvidable, de esas que marcan a fuego una generación y que son recordadas por años. Peeeeerooo lamentablemente Quiero Matar a mi Jefe es simplemente una buena comedia con algunos momentos simpáticos, que se caracteriza por no lograr cumplir con las expectativas que había generado a priori.
El film comienza bien, con una voz en off complementaria al relato que nos cuenta en resumidas cuentas la miserable actualidad de nuestros protagonistas, para luego pasar a las presentaciones de los jefes, que realmente es de lo mejor del film. Con el pasar de los minutos se va creando una buena atmósfera alrededor de la película de la mano de su buen inico y del planeamiento del asesinato de los jefes, algo que jamás se llega a explotar por las falencias narrativas de Gordon en la resolución de los conflictos que fueron creados con buen pulso. Es como si el director de Navidad sin los Suegros hubiera gastado todas las balas en la primera media hora quedándose sin municiones para la batalla final, algo fundamental en una comedia. Incluso es en la media hora final donde el film decae en situaciones totalmente mal cerradas que casi tiran por la borda las buenas intenciones de su comienzo.
Si bien Quiero Matar a mi Jefe terminó representando un estreno menor que no llega a meterse en las mejores comedias del año, hay que destacar las grandes actuaciones de su sexteto protagonista. Realmente da gusto ver a Kevin Spacey haciendo de un jefe pedante, paranoico, soberbio y mala leche. También es un placer ver a Jennifer Aniston como una bomba sensual, en un papel totalmente alejado a sus clásicos personajes e incluso tendremos el agrado de presenciar una labor asquerosamente despreciable como la de Colin Farrell. Lamentablemente el trío de amigos no está a la altura de los tres jefes y solo poseen algunas escenas dignas de sus parteneres. Bateman transita el film desanimado y en piloto autómatico, Sudeikis tiene sus momentos en un personaje que no difiere demasiado con su actuación en Pase Libre, solo que aquí concreta los tiros que tira, y cerrando a los protagonistas tenemos a Day que es de los tres el que mejores escenas tiene.
Quiero Matar a mi Jefe tiene secuencias que pagan el valor de su entrada, aunque lamentablemente no llega a cumplir con las expectativas que había sembrado con su inmejorable elenco.