Solo faltan las canciones de Dolly Parton
La idea surgió hace 30 años atrás: juntemos tres actrices de moda y cumplamos el sueño de cualquier oficinista: vengarse del jefe.
Como eliminar a tu Jefe (9 to 5) es hoy en día una comedia de culto: Jane Fonda, Dolly Parton y Lly Tomlin deciden armar un plan para hacerse respetar frente a su misógino y malvado jefe interpretado por Dabney Coleman.
8 años después Melanie Griffith se enfrentaba a su jefa Sigourney Weaver en Secretaria Ejecutiva y posiblemente la guerra contra la jefa más despiadada la ejecutó con sutileza y buen gusto, Anne Hathaway con Meryl Streeo en El Diablo Viste a la Moda.
Con Quiero Matar a mi Jefe se retoma la premisa del film original de Colin Higgins, pero esta vez, el romance, el humor ingenioso e incluso los agradables números musicales son reemplazados por un humor vulgar, histriónico, efectivo, discursivo y no siempre divertido.
Nick, Dale y Kurt son tres amigos de la secundaria que tienen algo en común: los jefes más desagradables del mundo. Nick (Bateman) se esfuerza para que Harken (Spacey), el presidente de una empresa, lo nombre vice. Harke es despiadado, fascista, torturador, manipulador, demagógico. Dale (Day) es asistente odontológico de la Dra. Harris (Aniston), una soltera sexópata, que tortura y humilla a Dale para acostarse con él, quien se acaba de comprometer y planea casarse en los próximos meses. Por último, Kurt (Sudeikis) es el contador favorito del presidente de una petroquímica, pero cuando este fallece, el cargo pasa a su hijo Bobby (Farrell), un cocainómano xenófobo y machista, fanático de las prostitutas, coleccionista de baratijas, inepto a la hora de manejar negocios que también manipula a Kurt para que eche personas por diferencias físicas. Ninguno puede renunciar a su puesto, porque sus jefes los tienen extorsionados por diversas razones. Por lo tanto, la única solución que encuentran es mandarlos a matar.
Comedia de enredos cuya base está puesta en gritos, insultos, humor sexual vurdo y sobrexplicados cinéfilos, Quiero Matar… funciona gracias a sus intérpretes. Los personajes no son originales, las situaciones tampoco, de hecho el argumento es muy predecible, y abundan los clisés. Sin embargo, el hecho de ver una vez más a Kevin Spacey como un empresario sin escrúpulos, detestable, psicópata, Jennifer Aniston convertida en la bomba sexual que siempre quisimos ver los fanáticos de Friends y a Colin Farrell reírse de sus propias adicciones (a lo Charlie Sheen) sumado al eficiente trabajo de Bateman, el desenfreno de Day y la malicia de Sudiekis terminan por brindarnos una comedia entretenida con momentos realmente inspirados. Las pequeñas participaciones de Jamie Foxx e Ioan Gruffudd son fascinantes. Es humor televisivo, los guionistas son discípulos de Saturday Night Live, pero sigue funcionando. Este año vimos ejemplos similares de este tipo de humor con Que Pasó Ayer Parte II y Pase Libre.
Posiblemente, dado que Todd Phillips se preocupa un poco más que Gordon o los Farrelly para lograr una obra visualmente más interesante y transgresora, la secuela del éxito sorpresa del 2009 supera a las otras dos.
Pero lo cierto es que hacer reír es cada vez más difícil y cada generación de comediantes se arma de nuevas herramientas para divertir. Estos comediantes deben explicar todo.
El mayor problema narrativo del film es que muchos chistes no terminan por cerrar. Es como que les falta el remate final para alcanzar la diversión genuina. Esto mismo que sucede con los chistes le pasa a la estructura del film en sí. El final está demasiado atado con alambre. Una de las tres tramas se cierra de la manera más banal imaginada. Pobre destino para uno de los mejores personajes de la película.
Quiero Matar a mi Jefe muestra las luces y sombras de la Nueva Comedia Estadounidense. No niego que me rei bastante durante los 98 minutos que dura el film, pero me conozco lo suficiente para saber que no me voy a reir de la misma forma en una segunda visión.
Para ver a tres locos haciendo tonterías, me quedo con Moe, Larry y Curly o los Hermanos Marx.