En la línea nostálgica de "Toy Story", el filme animado de Rich Moore, además de contener imágenes de gran colorido y logrado diseño, es un homenaje a los “fichines” de la década del ochenta destinado no solo al publico menudo. Y es que además de los muchos personajes y escenarios reconocibles, hay aquí, escenas que son puro humor. Buen manejo del 3d, que se luce sobre todo en las secuencias de acción. Las pantallas de los videojuegos, logradas y trabajadas hasta en los mas mínimos detalles ayudan a ingresar en un mundo que desde un principio nos resulta familiar. Y allí está el secreto de porque funciona tan bien esta cinta animada: apela a los sentimientos, al niño interior y a los momentos clásicos de la comedia universal. Y como ocurre con cada producto PIXAR, a pesar de que Ralph no lo es, los personajes están cargados de humanidad y eso los hace instantáneamente queribles.