Mientras Resident Evil siga generando plata, no habrá manera de cerrar la saga. Nada de remordimientos de conciencia, ni de la ley georgelucaniana de que las series van por trilogías, ni de que el público y la crítica estén cansados de ver siempre lo mismo. A mi Resident Evil comenzó a gustarme a partir del segundo filme, y siempre pensé que era de lo más potable dentro del fallido género de adaptaciones de videojuegos a la pantalla. El problema pasa en realidad por Paul W.S. Anderson - fuerza impulsora de toda la saga -, que no pudo con su genio, y volvió como director de la serie en el capítulo 4, Resident Evil: Ultratumba, A nadie le gustó, y las plateas de medio mundo comenzaron a chiflar para que los muertos vivientes se mueran de una vez. Anderson se tapó los oídos, y se despachó con el comentario de que la saga todavía podía drenar dos filmes más. Las buenas nuevas es que Resident Evil: La Venganza es mucho mejor que Resident Evil: Ultratumba. Las malas noticias es que es un delirio que bordea lo incoherente, en donde reaparecen un choclo de personajes que uno creía muertos; y mientras que el libreto ensaya alguna que otra explicación para justificar la mayoría de dichos cameos, por el otro lado trampea salvajemente con un par de caracteres principales. Como sea, el origen / reaparición / cambio de bando de personajes no es el peor de los problemas de la trama, sino que la misma no es mas que un largo (pero bastante) entretenido ejercicio de estilo, en donde se cuenta poco, se dispara mucho, se corre bastante y se destapan sorpresas de todo tipo y color... ninguna de las cuales resiste el más minimo análisis en retrospectiva.
Que no queden dudas, ésta es una bobada entretenida y espectacular. Por lo menos Paul W.S. Anderson ha reconocido sus excesos y los ha moderado un poco, y al menos ha tenido el tino de crear coreografías de acción que son elabordas y más excitantes que en ocasiones anteriores. El punto es que no hay mucho más que eso: Alice debe ir del punto A al B, matando todo lo que hay a su paso. Para que la cosa no sea excesivamente lineal, Anderson tira un par de galimatías al ruedo, como para que el espectador quede rascándose la cabeza un rato. Ciertamente el intringulis - la Jovovich reaparece en un pueblito en donde no existen los zombies, sus vecinos son todos los amigos y conocidos muertos en la primera Resident Evil, está casada con Oded Fehr e incluso tiene una hija (!) - provoca más confusión que misterio, y suena más a una excusa para agregarle minutos de duración al filme y que éste llegue a la hora y media que marca el reglamento. Mientras que hay gente enojada por el giro metido por Anderson (que parece un homenaje a la secuencia inicial de El Amanecer de los Muertos, versión Zack Snyder), a mí me termina por caer bien: es un momento de desorientación, amén de que permite que viejos actores - Michelle Rodriguez, Colin Salmon, Oded Fehr, etc - regresen en participaciones y cameos. Imaginen esto como la versión andersonesca del grand finale de la saga de Harry Potter, en donde todos los caracteres conocidos reaparecen para hacer un último acto de presencia... con el detalle menor de que la mayoría de ellos está muerto.
Las balaceras y persecuciones están muy buenas, y la Jovovich parece haber retomado un poco de su antiguo carisma. Los sets son monumentales - la base de Umbrella es una ciudad entera enterrada bajo las heladas aguas del ártico, plagada de sets gigantes que recrean locaciones como Nueva York, Moscú, etc -, y se sienten efectivamente como las fases de un videogame. La rutina es la usual: los personajes hablan 5 palabras, pasan a otro escenario, se balean un poco y vuelven a comenzar el ciclo.
Es posible que mi estado de ánimo fuera comatoso al momento de verla, pero lo cierto es que Resident Evil: La Venganza me entretuvo. Es un 0.5% mejor que la entrega anterior. La historia apesta y no resiste el más minimo análisis - ¿cómo es que el villano del filme anterior sobrevivió y ahora se convirtió en uno de los buenos? -, pero la película tiene su cuota de adrenalina y la Jovovich sigue demostrando que es la única mujer que patea traseros de manera convincente en el cine. Definitivamente es un filme apto sólo para aquellos que hemos seguido la saga desde el principio; pero, para el resto del mundo - o sea, el 99% del planeta -, le resultará una estupidez mortal, con lo cual no digan que no les advertimos desde antes de que fueran a comprar el ticket de entrada.