El huésped que no se va
Esta quinta entrega de la saga basada en el videojuego de Capcom se presenta como una bisagra; algo que queda claro desde el inicio, cuando Alice (Milla Jovovich) hace un resumen de todo lo sucedido hasta ahora, como para que cualquiera pueda ver esta película sin temor a quedarse afuera sin entender de qué va la cosa. Puesto al día, el espectador está listo para ver a la protagonista enfrentar a infinidad de zombies y monstruosos mutantes, al tiempo que se entera de cómo funciona buena parte de la manipulación a la que es sometida por la omnipresente y poderosa corporación Umbrella.
A esta altura poco queda de la historia original, apenas los personajes y la estructura tan característica del videojuego. Jill Vantine (Sienna Guillory) y los mercenarios vuelven a estar presentes como apoyo de Alice, quien esta vez enfrenta directamente al poder de la "Reina Roja".
El director Paul Anderson -también guionista y productor- vuelve a imprimir su sello a este filme plagado de efectos especiales al servicio del 3D y una trama que requiere de acrobacias varias en sus escenas de acción. El problema es que no hay un guión lo suficientemente fuerte que sustente la propuesta, y el metraje acaba estirándose con peleas interminables que solo funcionan visualmente, sin aportar demasiado a la trama.
Quienes sigan la historia desde su primer filme, no estrenado comercialmente en el país, se encontrarán con lo que ya les es familiar; los recién llegados, en cambio, hallarán la introducción de una nueva aventura. Sí, porque Anderson deja bien claro que esto no termina acá.