100% videogame, 40% cine
Tanto aquel lector que irá de cualquier manera al cine para apreciar esta quinta entrega de la saga como aquel que jamás iría a ver a Milla Jovovich saltando y disparando sin cesar podrán pensar -no sin razón- que así como el director Paul W.S. Anderson repite una y otra vez la fórmula, los críticos tendemos a escribir más o menos lo mismo a la hora de analizar esta propuesta. Si el director no tiene casi nada nuevo para mostrar, es probable que nosotros tampoco tengamos demasiadas cosas para decir.
Creo que entre cine y cable vi todas las películas (quizás alguna no completa) y, no sé si tiene algún sentido entrar en comparaciones, creo que esta quinta parte es la más floja de todas. Indicar que se parece más a un videojuego que al cine sería una obviedad dado el origen del personaje y la estética que impuso la franquicia, pero en este caso es particularmente evidente que Anderson (también guionista) le dedicó bastante poco tiempo a la trama (corporaciones, zombies, virus, explosiones, escapes) y optó por trabajar coreográficas set-pieces en locaciones virtuales para el despliegue puro -y algo cansador- de las CGI y el 3D.
Alice (Jovovich) aparece con un marido amoroso y una niña encantadora, pero a los pocos minutos la veremos luchando por salvar a la pequeña frente al irrefrenable avance de decenas, cientos, miles y, al final, millones de zombies. Hay escenas en Tokio, Moscú, Nueva York y muchos otros lugares, siempre con la heroína (y sus compañeros de ocasión) disparando y disparando, corriendo y corriendo al ritmo de los beats de tomandandy: la propuesta de este tecno thriller se manifiesta, más que nunca, agotadora y agotada.
Lo que alguna vez fue una propuesta de vanguardia (una heroína influyente, buen uso de las artes marciales y los efectos visuales, un universo que podía ser bastante atrapante), hoy resulta perimida. La última escena de esta quinta parte deja el terreno abierto para otra batalla épica y la sexta película, según leo, ya está en desarrollo. Es de esperar que Anderson y Jovovich levanten la puntería, aunque a esta altura ya no hay demasiado margen para la sorpresa y la recuperación. Ojalá me equivoque.
Nota: En los Estados Unidos ni siquiera se organizaron funciones previas para los críticos y periodistas. Es de agradecer que aquí la distribuidora UIP (y la gente de Sony) tuvo la gentileza de hacerlas, aún a riesgo de críticas negativas como la mía. DB