Río Turbio

Crítica de Francisco Mendes Moas - Cine Argentino Hoy

“Río Turbio” de Tatiana Mazú González. Crítica. Lo que tapa la niebla.
Proveniente del sur del territorio nacional llega "Río Turbio", para problematizar todo.

Un film militante de narrativa experimental. “Río Turbio” no sólo es el nombre de una pequeña ciudad de 9000 habitantes ubicada en la provincia de Santa Cruz, además es el título de la segunda película de Tatiana Mazú González. Siendo ésta la herramienta para visibilizar el lugar que ocupan las mujeres en un pueblo minero gobernado por hombres.

Ninguna mujer puede ingresar a las minas de Río Turbio, como nos aclara un mail que hace de escena inicial del audiovisual. La localidad se encuentra polarizada entre los trabajadores de las minas, quienes son todos hombres y el resto de la población. Esta ley implícita que niega al sexo opuesto ingresar en “las entrañas de la tierra”, está sustentada incluso con leyendas. Las mismas cuentan que cada vez que una mujer entró en las minas, sucedió una tragedia. Así comienza el viaje de la directora junto a un grupo de militantes, para cambiar la situación.

La desigualdad con la que conviven los habitantes de la zona es abrumadora y arcaica, sin mencionar que está totalmente infundada. Las mujeres del pueblo se dividen entre TAF, traídas a la fuerza cuando se fundó el yacimiento, y NyC, nacidas y criadas en Río Turbio. Lo más cercano que se les permite estar de las minas, son los trabajos administrativos en la superficie. Pero las “chicas del carbón” no piensan de este modo y se movilizan constantemente buscando la igualdad de derechos; por no traer a colación que las máquinas de las que se sirven los mineros para realizar su trabajo, están programadas con voces de mujer. Se sacraliza la entrada a las minas como si fuera la vuelta al vientre materno.

La niebla funciona como fenómeno meteorológico que todo lo cubre, ocultando todo, edificios, gritos de protesta, bajo un espeso manto brumoso. Esto genera una rarificación en la visión de las cosas, derivando del mismo la metodología narrativa implementada. Un conjunto mezclado de imágenes abstractas, chats, relatos en off y viejas imágenes en VHS, que la directora hila finamente para proponer otro mundo posible.

Tatiana Mazú González genera con Río Turbio una combinación de emociones movilizantes en el espectador. Siendo por momentos un viaje de formas y abstracciones, en otros un megáfono para aquellas voces que intentan acallar.

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