Que alguien piense en el Punk rock
Otro típico documental sobre un específico movimiento cultural, en una específica ciudad, en una específica década del siglo XX. Salad Days -2015- remonta a principios de los años 80 en Washington DC y pone el foco en el nuevo movimiento Punk, importado del Reino Unido. Caras familiares y no tanto dan testimonio a cámara e imágenes de archivo, con pésima calidad, muestran una cara más joven dentro de una de las ciudades más burocráticas del mundo.
Lo primero a tener en cuenta al siquiera pensar en Salad Days es que se trata de un documental para fanáticos del punk rock, toda persona ajena a dicho mundillo queda virtualmente fuera del target de esta producción. Tal vez algo parecido a lo que ocurrió con Boca Juniors 3D La película -2015-, muy acotado público para un estreno en pantalla grande.
Para esta parte del mundo, tal vez la cara más reconocible dentro de este documental -un tanto innecesario- es la de Dave Grohl, líder de los Foo Fighters y ex baterista de Nirvana. Los demás partícipes rondan los 60 años, con aspecto de oficinistas -tal vez la ciudad más burocrática del mundo algo tuvo que ver- y si bien sus historias de vida y de sus bandas son interesantes -excesos con drogas y alcohol, muertes prematuras, mensajes de protesta en sus letras, principales referentes, etc-, no es algo que cualquier otro ex miembro de cualquier otra banda sepultada hace décadas no hubiese dicho.
En resúmen, Salad Days cumple su función de informar al espectador, pero no logra atrapar a los no adeptos al clan del punk rock. Los seguidores de este género, soldados de raza, si pueden disfrutar y revivir lo que fue la época dorada del movimiento en Estados Unidos, pero tampoco para tanto.