Contra la pena capital
El joven cordobés Víctor Hugo Saldaño se lanzó a recorrer el mundo y finalmente llegó a los Estados Unidos. Su sueño americano pronto derivó en pesadilla. Allí, en 1995, asesinó a un ciudadano de ese país y fue condenado a muerte en dos juicios dominados por la falta de garantías, el racismo y la discriminación. Gracias a la intervención de diversas organizaciones internacionales y del consulado argentino en Houston, Saldaño -que sigue recluido en el tenebroso Corredor de la Muerte en condiciones infrahumanas y con un creciente deterioro físico y mental- aún no fue ejecutado y hasta se lograron cambios en la rígida y anquilosada legislación del estado de Texas.
Éste es el atroz y conmovedor caso que Viarruel reconstruye con un esquema básico (testimonio a cámara de abogados, familiares y funcionarios) y con las reveladoras imágenes del interrogatorio policial al que Saldaño fue sometido apenas capturado con una confesión que resultó la clave para su posterior condena. Sin grandes hallazgos artísticos, se trata de todas maneras de un documental revelador y que sirve para disparar la polémica sobre la pena capital.