Un argentino condenado
Cuidada lectura de un caso testigo de racismo judicial: el argentino condenado a muerte en los EE.UU.
Un cordobés condenado a muerte por asesinato en los Estados Unidos en 1995 es el origen de Saldaño. El sueño dorado, documental de Raúl Viarruel. Su caso, que conmovió a la opinión pública, es el de un joven que huyó del desempleo, que recaló en los Estados Unidos y terminó matando a sangre fría.
“Fin de la historia”, escribió el mismo Víctor Hugo Saldaño. Y principio de otra, común a muchos hispanos y negros en el país del norte, un proceso judicial que exuda racismo, discriminación, que lo condenó dos veces a la pena de muerte y que mantiene a Saldaño desde hace 20 años en el inhumano corredor de la muerte en Texas.
Tal vez sea exagerado el simbolismo negativo de esos planos de la Estatua de la Libertad en contraste con el presidio. Pero no hay una defensa de Saldaño ni un ataque velado a la pena de muerte, aunque el espectador sacará conclusiones.
Tampoco hay una historia de vida, quizá adrede. De Saldaño sólo sabemos, a través de Lidia Guerrero, su madre, que de niño le gustaba viajar, que tal vez tenga un hijo en Brasil, que fue hallado culpable por el secuestro y homicidio de Paul King y que lleva 20 años esperando. No hay un retrato humano. “¿Creés en Dios?”, preguntó un policía ni bien lo arrestaron. “Creo en los dólares”, respondió. Varios casos en uno. Batalla social, desigual, con tonada hispana y cordobesa.