Carmen y Rafael son un matrimonio cordobés que se va de camping a la localidad que da título al filme (y que al final duplicará su significación). Más tarde llega la madre y la hermana de ella. En esas pocas horas, en esas pocas actividades que allí se pueden realizar, se reflejan las relaciones humanas entabladas y sostenidas.
Con sutileza en los diálogos (palabras cargadas de falso cariño y enorme agresión poco disimulada) y un accionar masculino que denota una práctica cotidiana de la dominación, Mariano Luque relata una historia de violencia (psicológica y física) sobre la mujer. Violencia que el entorno de ella se niega a ver ni a reconocer. La concisión temporal y una dirección de actores precisa (donde el reparto luce ajustadísimo) no hacen sino aumentar el efecto buscado.
Quizá lo que podría enunciarse es una observación sobre la elección del director en el uso de los planos cortos y primerísimos primeros planos: que los personajes queden enmarcados no necesariamente expresa asfixia ni ahogo ni opresión, y entre tanto acierto visual y de puesta en escena trabajando la sustracción esos rostros remiten a otros registros que desentonan.
Por Javier Luzi
redaccion@cineramaplus.com.ar