“Sin Retorno” narra la historia de un hombre injustamente condenado por un crimen que no cometió.
Basada en un guión del propio Cohan, que triunfó en la convocatoria para operas primas del Instituto del Cine Argentino (INCAA), se filmó primero en Buenos Aires y luego en los estudios españoles Ciudad de la Luz, en Alicante.
Un joven muere atropellado en un accidente de tránsito. Matías Fustiniano (Martín Slipak), al volver de una fiesta en el coche de su madre, atropella a un joven ciclista. En estado de shock huye del lugar. Horas después, les miente a sus padres, inventa el robo del coche y hace la denuncia policial. Víctor Marchetti (Federico Luppi), el padre del joven atropellado, se niega a ser testigo pasivo de la muerte de su único hijo.
De esta manera comienza así una cruzada por los tribunales y por los medios de comunicación en busca de justicia, creyendo que lo único que le dará sentido a su vida es hallar al asesino de su hijo y mandarlo a la cárcel.
Una serie de acontecimientos fortuitos y una “justicia contaminada” por la opinión pública ponen al hombre equivocado en el banquillo de los acusados.
Con excelentes actuaciones de Sbaraglia y Luppi, coronadas con conmovedoras y muy realistas escenas de Martín Slipak y Luis Machin, y un Arturo Goetz que intimida…, al terminar de ver “Sin Retorno” se siente una opresión dentro del pecho y una sensación en la que cabria decirnos: “que fácil se encadenan los acontecimientos que pueden cambiar la vida en un abrir y cerrar de ojos.”
Respecto a su director Miguel Cohan, las pelis que hizo como asistente de Marcelo Piñeyro le han servido para poder manejar a este importante elenco. Me imagino su primer día en el set, dirigiendo a las figuras de Luppi o Sbaraglia, y la felicidad que debe de sentir, al ver su obra terminada.
Un buen coctel de triller policial: la opera prima del director, un magnifico elenco y un estupendo guión.