La Muerte de un Ciclista
Durante una noche, tres destinos se unen a causa de una misma tragedia, un accidente de un chico ciclista que le costará la vida, y que por esa magia del guión son el padre de la víctima (Federico Luppi), un conductor que antes de la tragedia tuvo un confuso episodio con el fallecido (Sbaraglia) y un chico que salía de una fiesta (Martín Slipak), este encadenamiento trágico resaltará una maraña de hipocresías, mentiras y corrupciones como así también el derrumbre de tres hogares, tres familias, algo bastante inherente al mundo caníbal que es nuestra sociedad a veces.
Este filme del debutante director Miguel Cohan es sobradamente eficaz en su descripción de espacios y personajes, básicamente fortalecidos por un elenco acorde, a los tres protagonistas hay que sumarles, los padres del chico que provoca todo: Ana Celentano y Luis Machín -venían de hacer otra pareja muy distinta en "El Muro" de Héctor Olivera-, el verificador de la aseguradora (Arturo Goetz), la mujer de Sabaraglia (la española Bárbara Goenaga), todos bien llevados, sin estridencias ni con el típico discuro actoral -mal del cine argento- de la energía disparadora de emociones histéricas.
Quizás la resolución final de la propuesta no sea lo convencional para el gran público, ni el cerrojo estimado para cerrar la historia que en verdad, analizándola queda abierta, muy abierta y se puede ver por las calles de la ciudad chica o grande, cuando ustedes quieran, a la hora impensable o en la situación menos esperada.